Espacio

El nuevo combustible “verde” de la NASA podría mejorar por mucho el desempeño de sus misiones a futuro

El proyecto GPIM de la NASA pretende reemplazar el combustible que usaban las naves espaciales hasta ahora para emplear uno mucho menos tóxico.

Para que la NASA pueda llevar a cabo misiones espaciales, debe asegurar que sus naves sean capaces de salir al espacio y desplazarse en él. Por eso, sus vehículos deben portar sistemas de propulsión adecuados y un tipo de combustible que de la talla. Hasta ahora la hidrazina ha resultado ser muy eficaz, pero cuenta con un problema grave: es altamente tóxica. Los delicados protocolos de seguridad que se requieren para manipularla (trajes protectores gruesos y tanques de oxígeno) ha producido una gran demora en la preparación de las naves.

Teniendo eso en cuenta, la NASA quiere empezar a utilizar un nuevo tipo de combustible cuanto antes. Así, ha planteado el Green Propellant Infusion Mission (GPIM), un proyecto que pretende empezar a emplear un líquido más «verde». El que se ha desarrollado hasta ahora es una combinación de nitrato de hidroxilamonio con un oxidante que le permite arder.

Según cuenta la agencia espacial, en realidad el líquido es de color rosa. Lo de «verde» haría referencia a la mayor seguridad que implicará el nuevo propulsor. Este hecho garantizaría que las misiones puedan ser lanzadas más rápido y por lo tanto a un menor costo.

Por otro lado, el nuevo combustible representaría un mayor desempeño. Este representaría un 50% más que la hidrazina (equivalente a un 50% más millas por galón en el caso de los automóviles) y aparte sería mucho más denso. Básicamente se podría avanzar mucho más lejos incluso con menos combustible a bordo.

Poniéndolo a prueba

Por supuesto, este líquido propulsor no se puede implementar inmediatamente. Para ello se deben hacer pruebas con nuevo equipamiento mejor diseñado para adaptarse a él.

El diseño y las pruebas del GPIM fueron hechas por Aerojet Rocketdyne y financiadas por la NASA. Con el probable éxito de este desarrollo, es posible que no solo la agencia espacial de los Estados Unidos sino otras organizaciones espaciales empiecen a implementarlo.

De hecho, pronto veremos esta tecnología en acción. La NASA ya confirmó que será puesta a prueba en el lanzamiento de un cohete Falcon Heavy de SpaceX este mes.

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