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Cómo fue jugar Harry Potter: Wizards Unite durante sus primeros días

Para un antiguo jugador de Pokémon GO, las diferencias y similitudes con el nuevo videojuego de Niantic parecían prometer bastante con Harry Potter: Wizards Unite, ¿pero realmente es así?

Cuando anunciaron el lanzamiento de Harry Potter: Wizards Unite, las cosas prometían bastante. Un mundo abierto, magia en las calles y tu personaje podía ser parte de este universo paralelo que transcurre en Hogwarts, sin que ningún cochino muggle se de por enterado. Todo parecía ir bastante bien, pero cuando el videojuego fue liberado, las cosas cambiaron. Aún no sé si para bien o para mal.

Quiero dejar claro, antes de entrar a desgranar lo que he vivido hasta ahora, que esta reseña llega en un momento bastante cámbrico para el juego, ya que sólo cuenta con unas cuantos días entre nosotros. Queda mucho por explorar y mucho por desarrollar, pero sobre todo para este tipo de casos, la primera impresión siempre es, lamentablemente, la más importante.

La premisa es bastante similar a la que nos propuso Pokémon GO en 2016, pero con un pequeño giro argumental que, posiblemente, prometa una línea a seguir en el futuro del juego: ocurrió una calamidad en la que se perdieron un montón de cosas —acá llamadas “recuperables”— y personas, y tu misión es encontrar todo esto y dejarlo registrado en una suerte de catálogo. Para lograr tu objetivo, debes pasar por posadas e invernaderos, en donde encontrarás objetos útiles para llevar a cabo tu cometido de la manera más expedita posible, teniendo también que luchar contra algunos personajes —llamadas “anomalías”— de cuando en vez, hecho que, por lo menos hasta ahora, es lo más entretenido del juego.

Hasta acá, todo está relativamente bien. Se lee como algo entretenido para hacer, pero si le quitamos el concepto de Harry Potter de encima, técnicamente, no pasa nada, ya que “el niño que vivió” es la mera excusa para que todo lo anterior transcurra en la línea temporal del juego.

Aun cuando vemos físicamente al señor Potter dentro de la pantalla —ya que las acciones transcurren, aparentemente, un par de años después de “Deathly Hallows”—, no hay mayores conexiones con el mundo mágico, más allá de apariciones fugaces de personajes como Hagrid y uno que otro alumno sin importancia de Hogwarts.

Quizás el punto más importante para explicar lo anterior sean los recuperables, objetos que van desde una Bludger, hasta maestros de Hogwarts. Estos últimos son los casos más raros de encontrar en el mundo abierto, ya que aparecerán en las fortalezas más adelante (o quizás ya están habilitadas en algunos lugares, pero en Chile no he visto ninguna), como premio especial al equivalente “mágico” de las incursiones en Pokémon GO, no obstante, es menester dejar claro que no es realmente interesante buscar tales cosas en el mundo real.

Sé que es tremendamente odioso caer en comparaciones, sin embargo, hay que tener en cuenta que, conceptos como el de atrapar Pokémon en el mundo abierto, tenía mucho más sentido que encontrar un objeto cualquiera —el que, por lo demás, no tiene una mayor relevancia dentro del juego más allá de encontrarlo— y tener que caminar físicamente por ello. Además, la preparación de pociones, el encuentro de ingredientes para las mismas, o la elección de una profesión dentro del juego, se hacen tareas tremendamente tediosas y difíciles de comprender para un jugador que, como muchos, posiblemente no tenga un mayor acercamiento al universo de Harry Potter, factor que es crucial a la hora de vender un producto de una franquicia que, aunque nos duela admitirlo, no es más grande que el fenómeno de Pokémon.

“Un mundo abierto, magia en las calles y tu personaje podía ser parte de este universo paralelo que transcurre en Hogwarts”. De todo lo anterior, siento que nada realmente se cumple, más allá del mundo abierto. A diferencia de Pokémon GO, no hay elementos regionales a la vista para la Pokédex mágica que debemos completar, sin embargo, magia en las calles realmente no hay. Entre llevar a los personajes a la calle por medio de la función de RA que tiene el juego y dejarlos en el teléfono, prefiero dejarlos en mi móvil, ya que no suma ni resta nada. ¿Ser parte del universo mágico? Tampoco siento eso, y es que más allá de cambiar el nombre de mi personaje, ponerle una foto (mía o de stock), o escoger su casa estudiantil, ni siquiera puedo personalizar el aspecto de mi avatar.

Como dije al comienzo de este texto, posiblemente nos falte mucho terreno por explorar, pero hasta ahora, las cosas se sienten mal logradas en esta adaptación. Hay que reconocer que es un juego entretenido, pero para un rato. Después de un par de semanas, no sé qué tan divertido sea encontrar páginas perdidas de un diario que escribió cualquier persona, más allá de acumular experiencia.

¿Cambiaría Pokémon GO por Harry Potter: Wizards Unite? La verdad es que no. No sé qué pensarán los fans de la saga mágica, y me encantaría leer su opinión en los comentarios al cabo de un par de semanas jugando esto, pero entre una opción y otra, me quedo feliz atrapando Digletts en el parque.

¿Es que estoy demasiado viejo ya?

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