Ciencia

Estas son las drogas que consumían hace 1.000 años los indígenas del cordón andino

Un estudio de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, encontró un bolso ritual con las drogas consumidas por los antiguos habitantes andinos.

Las drogas siempre han sido utilizadas para fines rituales entre pueblos originarios y tienen un largo historial de uso sobre todo en las culturas indígenas sudamericanas.

Por eso resulta revelador un hallazgo publicado este lunes 6 de mayo en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS), que encontró una bolsa de hace unos 1.000 años en  la provincia de Sur Lípez, en una región a 4.000 metros de altitud en el suroeste de Bolivia y más específicamente en la cueva del «Chileno» de la cultura  Tihuanaco, grupo anterior a los incas de la zona andina, de hace entre 1600 y 1100 años y que habitó en el sur de Perú, norte de Chile y este de Bolivia.

Las drogas que consumían los Tihuanaco

El descubrimiento en la cueva del Chileno fue de:

  1. dos tabletas talladas en madera para inhalar sustancias
  2. un tubo para aspirar
  3. dos espátulas de hueso de llama
  4. una cinta textil para la cabeza
  5. trozos de plantas secas
  6. una bolsita fabricada con tres hocicos de zorro.

La PNAS tras análisis químicos de loa artefactos encontrados llegó a la conclusión de que había presentes:

Rastros químicos de bufotenina, dimetiltriptamina, harmina y cocaína. incluyendo su producto de degradación benzoilecgonina, se identificaron, lo que sugiere que al menos tres plantas que contienen estos compuestos formaban parte de la parafernalia chamánica que se remonta a hace 1.000 años, hasta la fecha, el mayor número de compuestos recuperados de un solo artefacto de esta área del mundo.

Plantas tropicales

La presencia de estas plantas además muestra que la gran mayoría se consiguió en zonas más tropicales, lo que llevó a estos indígenas a moverse por largos kilómetros para obtenerlas.

El estudio señala al respecto:

Este también es un caso documentado de un paquete ritual que contiene tanto harmina como dimetiltriptamina, los dos ingredientes principales de la ayahuasca.

José Capriles, investigador de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE UU) y autor principal del trabajo comenta sobre los hallazgos:

“Había mucho tráfico caravanero de llamas y muchas sociedades se desarrollaban a partir del intercambio comercial a larga distancia.

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