Ciencia

Confirman que la cataclísmica formación de la Luna provocó la existencia de agua en la Tierra

Evidencia hallada a partir de análisis de molibdeno indica que el objeto que chocó contra la Tierra hace millones de años terminó trayendo agua al planeta.

Todos sabemos que la Tierra es un planeta capaz de albergar vida por ciertas condiciones favorables como el hecho de tener grandes cantidades de agua líquida sobre su superficie. Sin embargo, una buena pregunta que se hacen los expertos es: «¿de dónde provienen los océanos que hoy vemos?»

Para nosotros puede sonar raro el preguntarse por qué la Tierra tiene agua. No obstante, para la ciencia esta es una interrogante muy válida pues se cree que el planeta por sí mismo no habría sido capaz de proveer este líquido. Según estudios previos, cuando el sistema solar se formó hace 4.500 millones de años, este se estructuró en dos partes. Por un lado, los materiales secos (o rocosos) se formaron en la zona interior (donde está la Tierra). Por el otro, los más «húmedos» (o carbonosos) pertenecen a la zona exterior, de Júpiter en adelante. Esto aplica tanto para planetas, como meteoritos.

Mientras los planetas del sistema exterior se podían ser relativamente ricos en agua, los del interior no tanto. Por eso parecía un misterio que nuestro planeta tuviera su superficie llena de océanos. De esta forma se ha planteado que algo tenía que haber traído de la zona exterior como meteoritos.

Sin embargo, parece que finalmente la incógnita ha sido resuelta. Al parecer, todo tendría que ver con el intenso proceso en el que se creó la Luna.

Traída del otro lado del sistema solar

Planetólogos de la Universidad de Münster dieron con la respuesta. En su documento publicado en Nature, explican que estudiaron isótopos de un elemento de la tabla periódica llamado molibdeno para hacer un seguimiento y descubrir qué fue lo que trajo agua al planeta.

Gran parte del molibdeno presente en la Tierra permanece en el núcleo al ser un elemento afín al hierro. Por lo tanto, se sabe que las concentraciones allí presentes provienen de las etapas tempranas de la creación del planeta. Sin embargo, existe también molibdeno presente en el manto. En análisis realizado al elemento dio como resultado que este provenía de etapas tardías del desarrollo de la Tierra. Básicamente se descubrió que el molibdeno presente proviene tanto de la zona interior como del exterior del sistema solar.

¿Cómo podría ser posible que existiera una proporción tan grande de zonas exteriores? Así, los investigadores se remitieron a lo que ocurrió hace 4.400 millones de años: la formación de la Luna. Cuando la Tierra todavía se estaba formando, chocó con un protoplaneta llamado Theia, lo que dio lugar al satélite. Siempre se pensó que Theia se había formado en una zona aledaña a nuestro planeta.

No obstante, parece que no es así. La evidencia muestra que Theia habría viajado desde la zona exterior y tiempo después habría impactado la Tierra. Dicho protoplaneta portaría agua, y el choque le habría proporcionado al globo los océanos que hoy conocemos. Así lo explicó el profesor y autor Thorsten Kleine:

Nuestro enfoque es único porque, por primera vez, nos permite asociar el origen del agua en la Tierra con la formación de la Luna. En pocas palabras, sin la Luna probablemente no habría vida en la Tierra».

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