Lo hemos mencionado en repetidas ocasiones: El rinoceronte es uno de los animales más amenazados de todo el planeta. Diversas organizaciones conservacionistas están haciendo hasta lo imposible por salvar diversas especies de la extinción. No obstante, esto parece no importarle a numerosas organizaciones de cazadores furtivos que buscan amasar una pequeña fortuna persiguiendo a estos pobres animales.
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De hecho, a día de hoy sigue habiendo tráfico ilegal de partes de rinoceronte, especialmente sus cuernos. Así lo confirmó una gran incautación que se realizó recientemente en la ciudad de Hong Kong. Concretamente funcionarios del Aeropuerto Internacional de Hong Kong interceptaron un cargamento de 82,5 kilos de cuernos de rinoceronte y otras partes corporales. Esto representa un récord local en cuanto a incautación de productos caza furtiva.
El hallazgo se hizo cuando pasaron el cargamento a través de los rayos X. En ese momento los trabajadores notaron algo sospechoso y decidieron inspeccionar el contenido catalogado como «autopartes». Si bien la mercancía fue incautada, no se han confirmado detenciones.
Los cuernos de rinoceronte se dirigían a Malasia. De haber completado su travesía, el cargamento podría haberse vendido en 16,5 millones de dólares hongkoneses. Esto equivale a 2,1 millones de dólares estadounidenses.
¿Por qué se sigue comercializando?
A pesar de las alertas por peligro de extinción, los cazadores furtivos siguen buscando como sea hacerse con los cuernos de los rinocerontes. La razón de esto es que son realmente valiosas en el mercado negro debido a su escasez y alta demanda.
Se sabe que en China y algunos países del sudeste asiático los cuernos de rinoceronte son muy apetecidos. En estos lugares se cree que estos elementos tienen propiedades medicinales o afrodisíacas. Por supuesto, esto solo genera que haya gente con el suficiente poder adquisitivo para pagar lo que sea a los cazadores.
Esta no es la primera vez que Hong Kong se hace con productos de la caza furtiva. Tan solo el 1 de febrero pasado confirmó haber confiscado unas 2,1 toneladas de colmillos de elefante.
