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¿Cuánta memoria RAM necesita realmente mi computador? [FW Guía]

¿Voy por 8, 16 o 32 GB?

Es muy probable que si tienes un PC o Mac que ya tiene sus años, necesites un upgrade a las piezas más modulares de un equipo: la memoria RAM. De hecho, es un excelente momento para renovar: debido a la falta de demanda, los precios en módulos de memoria están bajando sustancialmente.

La pregunta que puede que te estés haciendo es: ¿Cuánta RAM tengo que comprar? ¿8, 16 o 32 GB?

Es muy probable que el primer pensamiento que te venga a la cabeza sea «mientras más, mejor» y en teoría no estarías equivocado. Sin embargo, adquirir 32 GB no es precisamente barato, y es muy probable que el gasto sea totalmente innecesario si no eres un tipo muy específico de usuario.

Por otra parte, la demanda de RAM por las aplicaciones es cada vez mayor: navegadores como Google Chrome o apps de edición fotográfica como Photoshop son conocidos ladrones de memoria. ¿Cómo saber cuál es el número perfecto?

Olvida los 4 GB, 8 es la ley

Saquemos al elefante de la hipotética habitación: a menos que sea un Chromebook o estés restaurando un PC con Windows XP, 8 GB es el piso mínimo.

De hecho, es muy probable que 8 GB sea la configuración justa para la mayoría de personas: según datos de Tom’s Hardware, Windows 10 usa 2.7 GB de memoria en reposo en promedio, y si no estás jugando nada muy moderno -como Battlefield V, The Division 2, etcétera- es bastante probable que te salgas con la tuya con 8GB.

Como dato, el mismo estudio probó que Apex Legends y Windows no necesitan más de 7 GB, lo que está cerca del límite pero es totalmente funcional. Lo mismo si usas suites ofimáticas o de productividad: 8 GB es la opción más barata y aceptable para una gran parte de los usuarios.

Asimismo, si planeas renovar un MacBook del 2011 al 2013, lo más probable es que 8 gigas sean suficientes si planeas quedarte en Sierra. En cambio, si lo tuyo es el modo nocturno de Mojave, sigue leyendo.

16 es el número perfecto

Dijimos que con 8 GB podías mantener un juego abierto junto con el sistema operativo. ¿Qué pasa si además de eso quiero abrir varias pestañas de mi navegador, escuchar música en Spotify con la app de escritorio, y bajar un par de torrents? No nos queda mucho espacio, y por eso 16 es el número realmente ideal tanto para gamers como para entusiastas en general.

Volvamos a acercarnos al límite: una configuración de Windows 10, The Division 2, 14 pestañas de navegador y un stream de Twitch usan alrededor de 14 GB de RAM. Cerca, pero es muy probable que jamás llegues a ese límite, sobre todo teniendo en cuenta lo «actual» del ejemplo.

Si este es tu uso normal, es innecesario subir al peldaño siguiente, a menos que seas un caso especial.

Sólo los heavy users necesitan 32 GB

Hay un tipo especial de usuario -al que pertenezco, lo reconozco- que necesita RAM como condenado: los que usamos suites de arquitectura, edición de video, 3D y similares, en especial si son fabricadas por Avid o Adobe. Una sesión de Adobe After Effects, en especial si es en Mac -que administra la RAM de manera más eficiente- puede comerse dos módulos de 16 GB con facilidad, y en ocasiones requerir más.

Dicho esto, los que necesitan esa cantidad de memoria -es decir los que usamos Illustrator, Media Composer, Nuke y similares- sabemos lo importante que es, y por lo tanto estamos dispuestos a hacer la inversión.

Es bastante probable que si juegas lo último, me digas «pero yo también soy heavy user, tengo 16 y el equipo se cuelga cuando juego y hago streaming, necesito 32 gigas». Mi respuesta es buscar el verdadero cuello de botella.

No todo necesita tanta RAM

Hay una creencia bastante ilógica en los círculos de IT: si un equipo está lento, ponerle más RAM es la solución. Lo que usualmente es una forma chabacana de solucionar un problema termina siendo un remedio que nadie pidió, similar a un antibiótico para una fractura expuesta.

La realidad es bastante más compleja que esta visión facilista: juegos y aplicaciones utilizan memoria, pero llenan dicha memoria volátil con datos de una memoria no volátil, como un disco duro, y procesan cómputo proveniente de la CPU. Todo esto pasa por la placa madre, y si hay baches en el camino jamás podrás tener buena velocidad.

La sinergía entre piezas es importante, por lo que es recomendable estar atento al uso de CPU, disco y memoria de cada una de tus aplicaciones. Para ello, basta y sobra el Monitor de Recursos de Windows o el Activity Monitor de Mac, los que entregan una lectura clara de los cuellos de botella, ya sean por un procesador deficiente o el uso de un disco físico ante alternativas más rápidas como el estado sólido (SSD).

Dicha lectura -que puedes complementar con opciones de benchmark y overclock como MSI Afterburner o HWMonitor– es clave para saber dónde poner la culpa y no descansar sobre la RAM, que es bastante más simple de entender.

¿Preguntas? ¿Observaciones? Déjalas en los comentarios.

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