Entre los vehículos más impresionantes que ha inventado la humanidad se encuentran los aviones de reacción, también llamados jets. La razón de esto es la capacidad de algunos modelos de alcanzar monstruosas velocidades que logran superar a la del sonido. Por ejemplo, los T-38 de la NASA.
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Los aviones de la agencia espacial pueden romper fácilmente la barrera del sonido. Es decir, llegar a los 1.225 kilómetros por hora (estando al nivel del mar). Cuando esto sucede, se produce un fenómeno llamado explosión sónica, que es el potente estruendo que todos conocen.
Finalmente la NASA fue capaz de capturar en unas pocas fotografías cómo alcanzan estas velocidades. Para ello fue usada una tecnología fotográfica que tardó 10 años en desarrollarse, hace tomas a 14.000 cuadros por segundo y que fue accionada abordo de otro avión. Los resultados fueron contundentes, pues en las fotos se aprecia el momento exacto en que los aviones rompen la barrera del sonido.
Dos pilotos fueron los que participaron en la sesión fotográfica. Pertenecientes al Armstrong Flight Research Center de la NASA, los dos oficiales llegaron a volar muy cerca el uno del otro a 9 mil metros de altura. Además, según la agencia espacial, solo 9 metros los separaban. Sin embargo, la operación fue todo un éxito y se tomaron unas cuantas imágenes increíbles que se pueden ver a continuación:
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Diseñando nuevos aviones
Se ve claramente en las imágenes cómo los dos jets logran generar ondas de choque a su alrededor. Al estar uno detrás de otro, ingenieros de la NASA explican que las ondas se forman de manera distinta.
Se podría creer que estas fotos fueron tomadas con la única intención de mostrar lo impresionante que es esta tecnología, pero esto estaría muy alejado de la realidad. Lo cierto es que la NASA quiere entender con detalle cómo funciona la explosión sónica que producen los aviones. La razón es que este fenómeno es el que ha provocado fuertes restricciones en torno al vuelo de los jets cuando están sobrevolando el suelo.
La meta es crear un avión que pueda alcanzar esas velocidades sin que produzca una explosión sónica. De hecho, esto es algo en lo que ya ha estado trabajando la NASA hace algún tiempo. Llamado X-59, la agencia espacial pretende que este modelo únicamente provoque un ruido atenuado y no tan potente como los anteriores.
Básicamente, este desarrollo podría empezar a cambiar el futuro de la aviación como la conocemos.
