Curiosidades

Un gato habría sido el culpable de un misterioso caso de esquizofrenia y alucinaciones en un joven de 14 años

Los médicos no entendían por qué el niño tenía impulsos suicidas y homicidas, hasta que notaron una infección bacteriana transmitida por su gato.

En 2015 se dio un caso muy popular relacionado a la salud mental de un adolescente de 14 años. El joven fue ingresado a un hospital psiquiátrico después de mostrar comportamientos psicóticos, depresivos, suicidas y homicidas. Además, tenía arranques de ira en los que reclamaba ser el «hijo del diablo» y que sus mascotas, incluidos un gato y un perro, querían asesinarlo.

Esto fue repentino, pues toda su vida había demostrado ser sano y activo socialmente. Sin embargo, ese año comenzaría toda una pesadilla de 18 meses para su familia por averiguar y solucionar lo que había pasado con su hijo.

El proceso no fue nada fácil ya que el joven empeoraba su estado mental con el pasar de los días. Numerosos psiquiatras y doctores intentaron tratar su caso sin éxito alguno. Inclusive, el paciente tuvo que ser hospitalizado al menos unas tres veces en ese tiempo.

El adolescente no fue capaz de seguir asistiendo a la escuela. Esto obligó a que su madre tuviera que dejar el trabajo para ocuparse de él por tiempo completo. A pesar de eso, con el tratamiento antipsicóticos que se le suministraba no tuvo cambio alguno.

Fue finalmente un equipo médico interdisciplinar el que dio con la clave del problema. Así, pudieron encontrar unas misteriosas marcas en su piel similares a unas estrías. Acto seguido, se dedicaron a analizar qué ocasionó estas marcas.

Todo por una infección

Las sospechas de un veterinario fueron ciertas: el gato del joven le había producido esas marcas, lo que le transmitió una infección bacteriana. Un mordisco o un arañazo habría bastado para dar inicio a todo el problema. El felino había sido adoptado de la calle unos años atrás, en 2010.

Todo se debe a la bacteria Bartonella henselae. Hasta hace poco se creía que esta solo podía provocar algunas hinchazones y lesiones localizadas. Sin embargo, este episodio demostró que es mucho más peligrosa de lo que parece, pues atacó el sistema nervioso central del joven, lo que provocó la enfermedad mental.

No obstante, el resultado de su convivencia con el gato no se iría tan fácil. Por esto el adolescente tuvo que someterse a un duro tratamiento con antibióticos durante 18 meses. A pesar del sufrimiento, logró reponerse de la enfermedad y volver a la escuela.

Afortunadamente el joven pudo recuperarse y el caso, publicado en Journal of Central Nervous System Disease, abrirá nuevas discusiones e investigaciones en torno a este tipo de bacterias.

 

 

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