Ciencia

La llamativa relación entre la vida extraterrestre y los sonidos de un delfín en LSD

Durante los años sesentas se realizaron diversos avances científicos para descifrar los misterios que esconde los particulares sonidos que emite un delfín.

Resulta bastante difícil encontrar relación alguna entre el submarino mundo de un delfín con la ciencia y la astronomía. Es en esta materia en particular, durante los últimos sesenta años, se han realizado diversas investigaciones relacionadas con la búsqueda de vida extraterrestre, existiendo una extraña conexión entre el lenguaje de un delfín y la ciencia espacial.

Corría el año 1960, cuando el astrónomo Frank Drake, conocido por buscar indicios de inteligencia alienigena fuera de nuestro sistema solar, utilizando ondas de radio dirigidas a estrellas cercanas, comenzó a implementar el famoso «Proyecto Ozma», el cual buscaba profundizar en esta área de investigación.

Tras el intento fallido por mantener este ambicioso proyecto, luego de tres meses Drake tuvo que cancelarlo. A raiz de esto, el conocido astrónomo no quizo detenerse en su afán de encontrar indicios de vida extraterrestre, invitando por aquel entonces a la comunidad científica a una conferencia para definir el futuro sobre los trabajos en esta materia, donde destacaban nombres como Carl Sagan y Su-Shu-Huang. La intención principal de esta era definir si se debía seguir financiando proyectos de ésta índole tras los constantes fracasos.

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Fue en el contexto de la conferencia en que Drake conoce a John.C Lilly, el cual fue invitado por su particular trabajo científico. Lilly era un médico especializado en  neurociencia y además era conocido dentro de la comunidad por sus conocidos estudios para descifrar el lenguaje de los delfines. Para John, un delfín era tan inteligente como los seres humanos, y no sería para nada extraño que los humanos compartiéramos la tierra con alguna especie con súper inteligencia.

A raíz de esto, Drake se interesó en su particular trabajo, ya que para Lilly, los humanos no podríamos tener ningún tipo de «comunicación» con seres de otras galaxias sin siquiera lograr comunicarnos con alguna otra especie dentro de la tierra. Gracias a su investigación, la comunidad científica invitada a la conferencia valoró los trabajos de Lilly y quedó bastante cautivada con estos, incluso adoptando el nombre de la «Orden del Delfín» de forma informal.

 

Un Delfín con LSD

Para John Lilly, los delfines poseían un cerebro más grande que el nuestro y la forma que tenían para comunicarse entre ellos era tan compleja, que apenas los humanos comenzaríamos a comprender. Es por esto que, para el médico, obtener resultados en esta materia sería importante para una futura comunicación con otras civilizaciones interestelares. Para lograrlo, Lilly tuvo una peculiar forma para trabajar en su investigación: experimentó con LSD en los delfines.

La diversos mecanismos que utilizó Lilly para descifrar el lenguaje delfín, consistieron en varios experimentos, que según él, dieron frutos, ya que logró descifrar algunos sonidos similares que emitían los delfines cuando estaban irritados, con angustia o querían llamar la atención. Pero no fue hasta que experimentó con la droga alucinógena donde el médico obtuvo los resultados mas llamativos.

Durante todo 1964  el científico comenzó a inyectar LSD en los delfines estudiados para ver como el efecto de la droga afectaba su comunicación. Los resultados fueron bastante decidores, los delfines al estar bajo el efecto del alucinógeno tendían a ser más vocales, pero¿ Qué significa esto?, que los cetáceos emitían más sonidos cuando estaban cerca de los humanos en el agua, o acompañados con otros similares de su especie.

Esto se reflejó cuando, al comparar a un delfín en un estado «normal» y otro bajo el efecto del alucinógeno, los sonidos emitidos por el cetáceo en el segundo caso aumentaban considerablemente. En otros palabras, cuando el delfín estaba bajo el efecto del LCD, no podía dejar de hablar e intentar comunicarse.

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Comunicación directa con un delfín

Por otro lado, ocurrió un caso muy particular contado por el propio científico. Esto aconteció cuando Lilly rescató a un delfín herido por un fusil causado por sus dueños anteriores. Tras experimentar con el alucinógeno en el animal, este logró, gracias a los efectos del LSD, perder el miedo hacia los seres humanos y se acercó a él luego de haber transcurrido 40 minutos de la inyección.

Por no ir más lejos, el propio científico comenzó a experimentar con el alucinógeno, para intentar obtener mayores avances en su investigación. Esta situación, como era de esperarse, molestó a sus colaboradores, hasta el punto que finalmente el experto en neurociencia desertara en el uso del alucinógeno y concluyera que el LSD en delfines no ayudó a obtener avances significativos en lo que respecta a la materia lingüística, pero si en el lenguaje no verbal.

Aunque el científico nunca pudo obtener avances significativos en la comprensión del lenguaje de los delfines, ni tampoco lograr una comunicación sólida con ellos, colaboró mucho en cambiar el paradigma y de cómo pensaba la comunidad científica por aquel entonces sobre la inteligencia de otras especies que habitan nuestro planeta.

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Actualidad en el lenguaje delfín

Gracias a investigaciones más recientes, realizadas por los científicos McCowan, Doyle y Sean Hanser, aplicando la teoría de comunicación conocida como «ley de zifp», que mide la frecuencia de uso y repetición de las palabras en las lenguas humanas, se logró obtener resultados más actuales con respecto al lenguaje delfín.

Para aplicarse esta teoría en ellos, los investigadores separaron cada silbido realizado por los delfines e hicieron un promedio de los sonidos más similares repetidos, utilizando grabaciones de sonidos de los cetáceos acumuladas por ellos mismos. Se lograron resultados sorprendentes, ya que la distribución y repetición de los silbidos realizados por estos bordea un 0.95 en promedio, cercana a la distribución humana que es de -1.

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Esto arrojó resultados importantes, ya que se obtiene que el lenguaje de los delfines puede ser igual de complejo de los humanos. Sin embargo, importante destacar que estas muestras son obtenidas solo si se analiza los «palabras» de los delfines en forma aislada. Nuestro lenguaje es más complejo de por si, ya que cuenta con una complejidad estructural debido a los pares y trillizos de palabras.

Finalmente, para los científicos , la utilización de diversas teorías de comunicación para intentar analizar lenguajes «no humanos» seria importante para las investigaciones realizadas por el proyecto SETI, para así poder identificar si alguna señal proveniente del espacio contiene la complejidad  interna de un lenguaje humano.

 

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