La sonda OSIRIS-REx ha hecho noticia en los últimos días por llegar al asteroide Bennu, que ha tenido atentos a los científicos por su eventual peligrosidad. Ahora, han comprobado que tiene pequeñas muestras de agua.
La misión partió en septiembre de 2016 con un destino ubicado a dos mil millones de kilómetros de la Tierra: Bennu. Después de dos años, la sonda finalmente se encontró con el asteroide a menos de 20 kilómetros de distancia. Todo esto, recién la semana pasada.
Ahora, la sonda está ayudando a comprender a los científicos los misterios de su terreno. Los investigadores habían planteado que el astroide de Bennu alojó agua líquida en un punto, y que estos rastros se trasladaron a otros puntos de la roca espacial.
Parece que la hipótesis no estuvo errada, puesto que gracias a dos espectrómetros, detectaron hidroxilos (átomos de hidrógeno y oxígeno unidos) que indican interacción con el agua, tal como precisa Engadget.
¿Lo que queda? Un brazo de OSIRIS-REx tomará muestras de roca del asteroide: unos 60 gramos de regolito (roca y tierra) que será necesario traer de vuelta a la Tierra para continuar con las investigaciones. De momento, todo va bien.
El regreso de la sonda se está previsto para septiembre de 2023 (ve esta nota).