Ciencia

Muertes y daños: Investigación internacional destapa las serias falencias de productos sanitarios

Se llama “The Implant Files” y han colaborado personas de 59 medios de 36 países.

Una investigación internacional coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) está dando qué hablar a nivel mundial. Destaparon las serias falencias de productos sanitarios con los que se intervienen a personas. Este fue el resultado.

El estudio, que puede ser revisado en El Confidencial, denunció que las carencias en el control sobre los implantes sanitarios han permitido que entren al mercado productos que han provocado daños a miles de pacientes.

Al hablar de productos sanitarios nos estamos refiriendo a prótesis de rodilla y cadera, marcapasos y ‘stents’, bombas de insulina, lentillas intraoculares y otros miles de dispositivos que se insertan dentro del cuerpo de millones de pacientes en todo el mundo. Así lo mencionan del medio:

Hemos podido contabilizar que en la última década se han registrado más de 5,47 millones de incidentes adversos relacionados con estos dispositivos en todo el mundo, lo que equivale a 1.500 problemas al día. Se trata de fallos, deterioros o errores en el funcionamiento de unos productos sanitarios pensados para mejorar el estado de salud de un paciente pero que al final lo empeoran.

Los puntos críticos del reportaje apuntan a las bombas electromecánicas que inyectan insulina, en sus diversas modalidades, las cuales lideran el ránking negativo, al provocar 2.698 fallecidos y más de 420.000 consecuencias adversas en los diabéticos en la última década.

Así mismo, los otros grandes cuestionados fueron los dispositivos de diálisis peritoneal por insuficiencia renal, cuyos catéteres mal fabricados ocasionaron 2.624 muertes y casi 120.000 lesiones a pacientes. Cabe señalar que tomaron los datos de la Food and Drug Administration (FDA) para dar estas cifras.

Pero, ¿por qué pasa esto? ¿quienes son los responsables? Existen responsablidad compartida. Por un lado, los dardos apuntan a las pocas regulaciones y control de los organismos públicos. Así mismo, a las multinacionales sanitarias quienes «financian ensayos y estudios para probar la ausencia de riesgos asociados a los productos». En tercer lugar, también hay responsabilidades individuales. Así concluyen:

Hemos detectado casos concretos en los que los conflictos de intereses de los médicos con los laboratorios, las presiones de la industria y los fallos de vigilancia y control por parte de las administraciones públicas, han permitido comercializar productos que no eran seguros para los pacientes. Para su puesta a la venta, prótesis e implantes se someten a menos controles que los medicamentos comunes, pese a estar pensados para permanecer durante muchos años dentro del cuerpo humano.

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