Callum Underwood podrá ser considerado por muchos como un hombre muy estúpido; o un borracho ejemplar. Pero su historia, que se volvió viral, le causará simpatía a más de algún lector.
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Su odisea va más o menos así. El buen Callum, británico de nacimiento y desarrollador de videojuegos, estaba trabajando horas extra de noche y bebiendo alcohol.
Cuando un amigo le envió un enlace de un producto de compra inverosímil. Pero a él se le ocurrió que sería una gran idea comprar un Pokémon gigante de casi 2 metros de altura.
Así que pagó los USD $260 dólares que costaba ese Snorlax enorme y contactó a su jefa en Estados Unidos para que le permitiera enviar el paquete a su domicilio en San Francisco.
La idea era que luego ella se lo mandara por paquetería internacional. Callum estimaba que todo costaría USD $100 máximo. Pero en realidad el Pokémon es tan voluminoso que el envío se elevaba a los USD $1.000.
Así que el hombre hizo lo que cualquiera en su situación haría. Publicó su dilema en Twitter:
https://twitter.com/DevRelCallum/status/1052862512238981120
La historia fue tan absurda y extraña que se volvió viral y recibió un montón de consejos. Llevarlo como pasajero en un vuelo comercial lo obligaba a pagar dos asientos para el muñeco.
Sacarle el relleno y enviarlo podría arruinar para siempre la compra. Y así fueron descartando ideas. Hasta que Underwood aprovechó un viaje de trabajo a EE.UU. para aplicar la solución máxima: comprimirlo hasta que cupiera en una caja.
El campeón documentó todo el proceso en su cuenta de Twitter:
https://twitter.com/DevRelCallum/status/1063526283714400256
https://twitter.com/DevRelCallum/status/1064295972447158272
https://twitter.com/DevRelCallum/status/1064905171124322306
Tal como podemos ver ahora su Pokémon gigante está en casa, sano, salvo, gordo e imposible de extraviar.
Encima, en el lado positivo de todo, Callum de paso adquirió un poco de fama. Aunque sea por borracho.