Política

¿Cómo ser un gobierno digital poderoso siendo una nación pequeña? El ejemplo de Uruguay

En el evento GX28 de Genexus escuchamos a José Clastornik, presidente de la Agesic, la agencia uruguaya que posicionó a ese país en la elite digital.

La AGESIC es el organismo responsable del desarrollo e implementación de Políticas de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información en Uruguay. Su líder es José Clastornik , quien ha llevado a la nación «charrúa» a ubicarse en el D7, la agrupación de países más fuertes en desarrollo digital.

En el marco del GX28 organizado por Genexus, Fayerwayer pudo ver la experiencia del país «oriental».

Y para empezar contando la experiencia uruguaya, Clastornik recuerda las palabras del ex presidente de Estonia (un Estado ejemplar en digitalización gubernamental), Toomas Hendrik Ilves, «Los países pueden ser grandes en la medida que sean digitalmente poderosos».

Por eso, Clastornik comienza sosteniendo que, «No se puede pensar en una nación digital, sin un gobierno digital».

Esta premisa básicamente tiene que ver con trámites ágiles y accesibles por Internet, información abierta de ministerios y datos para los ciudadanos, empoderamiento a la gente para que pueda elegir por ejemplo en Salud los mejores planes en precio y calidad para sus atenciones, y además asegurar estándares básicos de seguridad.

Por ejemplo, una de las materias donde Uruguay quiere innovar es en el alto análisis de big data en salud pública para trabajar en mejor salud preventiva para la población.

Uso y satisfacción para el ciudadano

José Clastornik explica que lo más importante en una nación digital sólida es que el «uso y la satisfacción para el ciudadano sean completas y profundas».

Por eso el menciona que el primer desafío es la: Completitud.

Esto quiere decir que existan la amplitud y profundida y las condiciones de base (georeferencia de servicios), que exista la información necesaria para solucionar problemas básicos de la gente (trámites, inscripciones) y que exista la regulación y la institucionalidad.

Un segundo desafío es la: Sostenabilidad.

Esto quiere decir que haya continuidad y evolución de lo que provee el Gobierno digital. Para eso se requieren autoridades que puedan certificar los procesos, que haya colaboración y reconocimiento con otros países, que haya un ecosistema robusto con buenos niveles de acceso, que haya protección de los datos personales (como la cédula de identidad con chip de autenticación).

De hecho una de las cosas que nos llamó la atención al llegar al aeropuerto de Carrasco en Montevideo, es que en la aduana el pasaporte se pasa por una máquina que lee el código y te saca una fotografía. Nada de oficiales aduaneros, ni de largas esperas.

En este desafío además algo vital es la Ciberseguridad. Para Uruguay el proceso se ha ordenado de esta forma para mejorar el análisis: Se han dividido las responsabilidades en verticales y asignado especialistas a cada vertical específico. Por ejemplo: Hay un encargado de ciberseguridad en Salud, otro en Defensa, otro en Bancos, otro en Educación…etc..etc.

Luego todo eso se centraliza en un CiberLab, para determinar con Inteligencia Artificial los patrones de conducta.

El tercer desafío es: Innovación

Para eso según cuenta Clastornik es fundamental «romper con los paradigmas». Por ejemplo, una de las cosas que pretende hacer Uruguay es la incorporación de Blockchain para gestionar de manera segura y eficiente los datos.

«Lo importante es saber que todo esto no es solo un tema de Gobierno, sino de un ecosistema que ayude a racionalizar las necesidades de la gente, mejorar los trámites y la salud. Hay una alternativa abierta para seguir liderando, pero lo que debe quedarnos claro, es que llegar al 100% de digitalización estatal es un proceso permanente, que no acaba nunca y que está en constante innovación».

 

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