Uno de los temas más importantes y de los que sigue generando preocupación en pleno siglo XXI es el del uso de métodos anticonceptivos. Existe una gran variedad de ellos, pero el método más clásico (y puede que seguro) es el condón. Sin embargo, muchos le han declarado su odio y evitan usarlo a toda costa.
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¿Cuál es el problema? La gente suele argumentar que las relaciones sexuales con condón no son tan placenteras. Además de la supuesta pérdida de cierta sensibilidad al haber una barrera, se ha dicho que el condón no ayuda mucho con la lubricación.
Sí, se sabe que existen condones lubricados y lubricantes líquidos diseñados para trabajar apropiadamente con el látex. Sin embargo, puede que las propiedades de este primero no duren mucho tiempo y que usar los segundos impliquen pausas no muy cómodas para renovar constantemente su efecto.
Para evitar la propagación de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y embarazos no deseados, la ciencia había buscado crear un condón que la gente encontrara agradable de usar y al mismo prefiriera usarlo con frecuencia. Finalmente esta idea se hizo realidad con el condón que se autolubrica al momento del coito.
¿Cómo funciona?
Este método anticonceptivo asegura una mejora en las relaciones sexuales con respeto a otros modelos comunes. Parece un látex como cualquier otro, pero lo cierto es que se vuelve extremadamente resbaladizo a la hora del sexo. Concretamente, se «autolubrica» inmediatamente al entrar en contacto con fluidos corporales. Así lo describió uno de sus desarrolladores, Mark Grinstaff de la Universidad de Boston:
Se siente un poco viscoso cuando se maneja en seco, pero en presencia de agua o fluidos naturales se vuelve muy resbaladizo. Solo necesitas un poco de fluido para activarlo«.
Siendo así, es imposible no compararlo con los modelos comunes de preservativos con lubricante. Según cálculos, estos duran alrededor de 600 «movimientos» para perder completamente esa propiedad. Por otro lado, el nuevo condón aguantará más de mil «movimientos» sin que se gaste dicho lubricante.
También se puso a prueba cómo iba a aceptar el usuario final el uso de estos preservativos. A 33 voluntarios (hombres y mujeres) se les puso a probar ambos diseños, y la mayoría coincidió en que obtenían mejores resultados con el nuevo condón.
Si bien esta es una gran idea, puede que todavía tarde un tiempo en salir al mercado. Al menos se sabe que los ensayos clínicos con parejas iniciarán a principios del próximo año.
