Ciencia

Radiación encontrada en la Antártida podría cambiar la visión de cómo está planteada la física moderna

Una incongruencia manifestada en ciertas partículas aparentemente provenientes del suelo de la Antártida cambiaría la forma de entender la física.

Un extraño descubrimiento de varios científicos que analizaban la llegada de rayos cósmicos a la Antártida podría cambiar la forma cómo entendemos la física. Todo se debería a la presencia de partículas que no hacen parte del modelo estándar que se usa actualmente.

Desde 2006 la NASA lanzó una sonda al espacio desde la Antártida cuyo objetivo fue analizar la radiación cósmica que llega al planeta. Conocida como Antarctic Impulsive Transient Antenna (ANITA), la misión ha tenido cuatro modelos desde entonces. El último comenzó sus actividades en diciembre de 2016.

La medición había transcurrido sin novedades notorias hasta hace poco. Desde 2016 algo extremadamente raro sorprendió a los científicos: dos veces detectaron que esos rayos salieron desde dentro de la Tierra y no desde el espacio.

El descubrimiento sugiere que las partículas detectadas llegaron al planeta y lograron cruzarlo de un lado a otro. Se supone que las partículas sí pueden penetrar la corteza terrestre, pero atravesar todo el planeta es algo distinto. Esto es algo que jamás se había visto, al menos de neutrinos de alta energía, que simplemente chocan contra la superficie y no logran atravesarla.

Esto había planteado un misterio que nadie había sido resolver hasta hace unos días.

¿Un indicio de supersimetría?

Un equipo de astrofísicos de la Universidad de Penn State plantearon algo que podía sonar loco para unos cuantos. Al parecer, las partículas no podrían explicarse desde el modelo estándar de la física que se conoce. Según su punto de vista, existe la posibilidad de que esas misteriosas partículas pertenezcan al fenómeno de la supersimetría.

El modelo estándar de la física de partículas sostiene que la materia está compuesta de fermiones y bosones. La supersimetría va más allá al señalar que cada partícula tiene una compañera superpartícula. Esto obligaría a que los fermiones estén acompañados de bosones y viceversa. En este orden de ideas un electrón tendría como compañero un selectrón, y esto aplica para varios tipos de partículas (usualmente se les añade la S o terminan en -ino).

Según la teoría de la supersimetría, aún no tenemos la tecnología suficiente para crear las superpartículas en laboratorio. Ni siquiera los aceleradores de partículas actuales podrían lograr eso.

Por otro lado, los investigadores señalan que este tipo de evento también se dio tres veces en otro observatorio de la Antártida. Combinando los datos de ese observatorio (IceCube) con ANITA, concluyeron que solo hay una probabilidad de 1 entre 3.5 millones de que sean partículas pertenecientes al modelo estándar.

La comunidad científica se ha mostrado escéptica pero con mucho interés en revisar los datos de la investigación. El estudio no ha finalizado del todo pues aún hay muchas preguntas por responder. Habrá que esperar por ahora para ver si en un futuro revelamos más secretos sobre cómo funciona el universo.

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