Desde Intel Experience Day en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
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Si sabes de computadores, probablemente te has dado cuenta que cada vez más equipos traen el logo Intel Optane, tanto laptops de última generación como equipos armados.
Sin embargo, no todos tienen claro de qué se trata lo que en palabras de la propia compañía es el «nuevo normal», una tecnología bastante nueva que pretende darle un nuevo curso a como conocemos los computadores.
Lo cierto es que explicarlo no es muy sencillo: Optane no es un nuevo tipo de procesador ni tampoco es una memoria RAM, es un concepto nuevo.
¿Y entonces qué es?
Optane está emparentado con los discos duros en el sentido que ambos son memorias no volátiles, es decir que están pensadas para almacenar, a diferencia de una memoria RAM.
Pero Optane no es un disco duro, sino que es un nuevo tipo de caché que trabaja con los archivos de tu disco, para alimentar al procesador y a la RAM de información que usas más a menudo y a la que se necesita acceder rápido. En este caso, tu sistema operativo, además de programas y archivos que utilizas frecuentemente.
Esta memoria acelera lo que ahora es el ítem más lento del equipo: los discos rígidos. El proceso se hace usando software que determina qué bloques de memoria pasan más frecuentemente por la caché y copiándolos para que estén a disposición de las demás partes de tu computador.
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La unidad se conecta a un puerto M.2 común y corriente, se instala y listo. ¿El resultado? Velocidades casi mágicas a la hora de abrir y necesitar programas, archivos, documentos y juegos.
¿Es tan mágico como suena?
Las pruebas, al menos de parte de Intel, son fehacientes: Optane es más eficiente a la hora de volver más rápido tu equipo, en particular si sólo tienes un disco rígido.
Los resultados con discos de estado sólido (SSD) también son favorables, ya que el estándar SATA es relativamente más lento que el puerto M.2 -en ciertos casos- pero Intel lo recomienda para acelerar discos rígidos, que son naturalmente menos eficientes adquiriendo y poniendo información en la caché.
Hay varios inconvenientes en usar esta tecnología: principalmente perder el puerto antes mencionado, que podrías usar para otros dispositivos. Además, sólo es compatible con procesadores Intel Core de séptima y octava generación, y si a eso le sumas que no todas las placas madres ni laptops tienen un puerto M.2, se vuelve una tecnología relativamente restringida.
Lo bueno es que si cumples con los requisitos, el precio está a tu favor. Comprar una unidad de memoria Optane es más barato que cambiar las memorias RAM, y generan un beneficio mayor en la velocidad del equipo en la mayoría de los casos.
Intel espera que este intermediario entre la RAM y el disco duro se masifique lo suficiente como para ser una innovación, y que más equipos cuenten con Optane en los próximos años. Mientras tanto, módulos de 16 y 32GB ya están disponibles en el mercado chileno y en mercados escogidos de Latinoamérica.