La primera parte de esta historia nace con Epic Games, los creadores de Fornite, decidiendo que no iban a lanzar su juego para Android a través de la Google Play Store.
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Hasta ahí era una decisión polémica, donde se saltaban olímpicamente a Google, pero bueno, están en su derecho.
Los problemas empiezan cuando la mismísima Google les avisa, en privado que la primera versión de su instalador tiene un serio problema: una vulnerabilidad que, bajo los talentos correctos, permitía instalar aplicaciones maliciosas sin el consentimiento ni conocimiento del usuario.
Esto se ayudaba en grandes cantidades al hecho de que el usuario que bajara el instalador de Fortnite debía ir a las opciones de su teléfono y aceptar aplicaciones «de otras fuentes», diferentes a la Play Store.
La falla «zero day» de la app externa de Epic Games tuvo un embargo de 7 días hasta que Google lo hiciera público, yendo contra los deseos de Epic Games y su CEO Tim Sweeney, que pidieron 90 días, y de hecho, están bastante enojados con Google.
Al final de cuentas esto solo le quita piso a la decisión de Epic Games de lanzar su juego «por afuera», aunque convengamos, no es que todas las aplicaciones de la Play Store estén libres de malicia.
De todas formas, jugar Fortnite en Android seguirá requiriendo del instalador externo. Si no lo han bajado, tengan ojo de que sea el oficial, por favor.
