Telecomunicaciones

Así es como el WiFi comunitario satelital le está cambiando la vida a mexicanos aislados por la brecha digital

El gobierno no ha logrado terminado con la brecha digital en comunidades donde la infraestructura es sólo un sueño. Para ello, el WiFi comunitario.

En México, la brecha digital es un tema grave. Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2017 (ENDUTIH); sólo 4 de cada 10 mexicanos en entornos rurales tienen acceso a Internet y de WiFi mejor ni hablamos. Es decir, más de la mitad están desconectados en un mundo donde todo comienza a suceder en línea.

Internet va mucho más allá de memes o la posibilidad de compartir selfies; también te ayuda a estar en contacto no sólo con el mundo, sino con aquellos que están lejos; algo que sucede con frecuencia en un país en donde no es ajeno o extraño que las familias se separen porque algunos de sus miembros se van “al otro lado” (EEUU).

En muchas comunidades alejadas; no sólo no hay WiFi, sino que la infraestructura inexistente no permite siquiera señal de celular o la posibilidad de tener líneas de casa. Simplemente no hay comunicación. Caminar horas para poder encontrar una barra de señal en su celular y comunicarse con el mundo exterior es una realidad para muchísimos mexicanos.

ViaSat busca hacer un cambio y minimizar la brecha digital

Esto es algo en lo que el gobierno no ha tenido éxito, ni siquiera con iniciativas como México Conectado. Como mencionamos arriba; hay todavía muchas comunidades en donde la infraestructura simplemente no existe, y es probable que siga así por un largo tiempo; pues para muchas compañías no es rentable llevar sus servicios a los asentamientos rurales más alejados y con menos de 300 habitantes.

Hace algunos días tuvimos la interesante oportunidad de recorrer dos comunidades en el estado de Jalisco; mismas en donde el servicio Conectaless de ViaSat acababa de ser instalado no más de seis días antes. Y así, vimos el cambio de vida que significó para ellos algo a lo que muchos de nosotros tenemos acceso sin siquiera pensarlo.

Tuitán y la alegría de la comunicación

Apenas comenzaba a asomar el sol cuando salimos de Guadalajara con rumbo a Tuitán; una comunidad con alrededor de 250 personas que viven prácticamente aisladas. Fueron tres horas por caminos sin pavimentar y de difícil acceso: sólo un conductor experimentado y que conociera el terreno podría salir vivo de eso. Y claro, con una camioneta de llantas poderosas.

Cuando por fin llegamos; nos estacionamos frente a una tienda. En el exterior se veía una manta que anunciaba el nuevo servicio de WiFi de ViaSat.

Ahí conocimos a la encargada de vender y generar los códigos: Doña Imelda. Ella nos contaba que un vendedor de ViaSat llegó un día a ofrecerle el servicio y a ella le pareció muy interesante. «Cualquier ingreso extra es bueno», comentó. En su negocio ya vende no sólo alimentos y frituras; sino también medicinas para personas y animales: «Yo aquí receto desde personas hasta vacas«.

Pocos días después de firmar el contrato, le llevaron una computadora que genera los códigos; además de un módem y también instalaron una antena en la parte superior de su tienda. Todo esto no tuvo costo para ellos más allá de un depósito «prácticamente simbólico» como nos comentaba la gente de la compañía; aunque evitaron hablar de precios exactos.

Doña Imelda ya es prácticamente una experta para generar los códigos; y de hecho es la única que sabe, por eso cuando no puede estar en la tienda deja códigos anotados para que los venda su marido. La computadora es muy sencilla de usar: al encenderla entra directamente el programa de Conectaless. Ingresan su usuario y contraseña; después el paquete de Internet para el que quieran generar un código y listo; sólo queda anotarlo y venderlo.

Cuando llegamos nos contaba con un poco de ironía que ella quería el servicio de WiFi principalmente para poder hablar con su familia en el exterior; algunos en Guadalajara y otros en Estados Unidos; pues pueden pasar semanas sin que sepa nada de ellos, pero «parece que a ella no le servía en su iPhone». Así, la Kevin Cohen de ViaSat le explicó cómo puede conectarse desde el OS de Apple y Doña Imelda apenas podía contener su felicidad al ver que fue capaz de enviarle un mensaje a su familia por WhatsApp. Ya no dejaba el teléfono «Ay, ni me hubiera conectado ahorita».

Kevin Cohen de ViaSat, Doña Imelda, su esposo y Javier Ramírez, CEO de Grupo Posperist

 Imelda y los pobladores de Tuitán también nos comentaron que antes; el gobierno abrió ahí un sistema de preparatoria en línea, pero era imposible llevarlo a cabo porque el Internet que les dieron únicamente en una escuela y con algunas computadoras no servía. La lentitud era el menor de sus problemas: jamás podían conectarse. Y ahora, por fin podrán estudiar. 

El caso de Jalpilla

Después de conocer Tuitán; partimos hacia Jalpilla, otra comunidad con poco más de 200 habitantes. Ahí llegamos a la tienda de Don Hugo; quien como Doña Imelda, además de alimentos y frituras vende medicamentos para los pobladores. En su caso; él realmente no sabe cómo manejar la computadora que ViaSat le facilitó; pero tiene a su hijo para que extraiga los ansiados códigos.

Aquí también tenía apenas días que les habían instalado el servicio; y según nos comentó Don Hugo, la gente no podía estar más feliz. Por ahora, está vendiendo alrededor de 30 códigos diarios. Nos decía que cuando estaban los técnicos instalando en el techo de la tienda; los pobladores subían por la escalera para preguntarles si ya había Internet. La instalación finalizó alrededor de las 9 pm, y para las 10 pm ya había vendido 40 códigos.

La emoción de la gente es tal que tuvieron que poner un letrero aclarando que sólo se vendían los códigos hasta las 10 pm; hora en que cierran la tienda, pues la gente comenzaba a tocar su puerta a deshoras para pedirle Internet.

Mientras estuvimos ahí, un grupo de personas provenientes de poblados vecinos rodearon al técnico de ViaSat pidiéndole que llevara el WiFi también a sus comunidades. Escuchaban atentos los requisitos y recibían su tarjeta para programar una pronta visita. La gran  mayoría de personas en comunidades rurales no tiene señal de ninguna operadora y mucho menos Internet; pero sí teléfonos celulares. Con ellos caminan horas hasta algunos puntos ya conocidos en donde saben que llega al menos una barra de ansiada señal. Y así como en Tuitán; en Jalpilla también activaron el servicio de llamadas satelitales MarcaLess; mismo que cobra un peso el minuto.

¿Cómo funciona el Internet de ViaSat?

ViaSat tiene actualmente dos satélites: ViaSat 1 y ViaSat 2; y pronto entrará en funcionamiento ViaSat 3. La ventaja de este servicio es que ya teniendo los satélites; instalar la sencilla infraestructura en las comunidades es bastante económico; lo que les permite llevar su servicio hasta ahí y además darlo a precios accesibles y razonables. 

Por ahora; los códigos que más se venden son los de 12 pesos mexicanos (alrededor de 60 centavos de dólar). Una de las cosas que más llaman la atención es la velocidad del servicio. Hablamos de rapidez de lujo que incluso en las ciudades de América Latina es difícil de encontrar. Probamos el WiFi y constatamos que, efectivamente, vuela.

La idea de la alianza de ViaSat con Grupo Prosperist es ayudar a disminuir la brecha digital y «conectar a los Méxicos»; frase que usó Javier Ramírez, CEO de Prosperist. Y lo están logrando mejor que el mismo gobierno. Y así como mencionamos arriba; también se ofrece el servicio Marcaless; que es telefonía de voz satelital.

Pero no es todo: pronto la gente también podrá pagar sus servicios como agua o luz en las mismas tiendas que tienen el WiFi Conectaless para que no tengan que trasladarse horas por peligrosos caminos hasta las ciudades.

Algo interesante de esta propuesta es que a pesar de que hablamos de tecnología de punta y satélites; el factor humano es imprescindible. Para que ellos puedan llevar Internet a las comunidades; primero necesitan encontrar un socio: alguien de confianza entre la población que preferentemente tenga un negocio y maneje dinero. Son estas personas las que hacen todas las transacciones y quienes van cada tanto a depositar el porcentaje de la compañía a la ciudad más cercana. Ellos ya saben cómo hacerlo y principalmente; cómo moverse con dinero por los caminos en donde el narcotráfico es cosa de todos los días. El negocio está prácticamente basado en ellos; pues de lo contrario nada de esto sería posible.

¿Y el gobierno?

Bien gracias, como siempre. Javier Ramírez aclaró algo importante: si el gobierno quiere ayudar, las puertas están abiertas. Eso sí, sin tratar de lucrar con el modelo de negocio ni «pintarlo del color de algún partido político». Si el gobierno quisiera subsidiar una parte; ViaSat podría llevar el servicio a comunidades todavía más pequeñas y alejadas. Pero la clave está en que les interese aunque no consigan un beneficio.

Por lo pronto; el servicio ya está en 1,300 comunidades rurales alrededor de todo México y pudimos constatar; por lo menos en estas dos, el cambio que ha significado en la vida de las personas que ahí habitan.

 

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