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Un estudio investiga la relación y el efecto de la testosterona sobre la religión en los hombres

Un investigador ha realizado un estudio de la relación y el efecto de las hormonas sexuales sobre sus lazos y creencias acerca de su religión

De acuerdo a un nuevo estudio realizado por Aniruddha “Bobby” Das, de la Universidad McGill, hombres mayores con altos niveles de testosterona y dehidroepiandrosterona (o DHEA) en sus cuerpos han demostrado tener menos interés en la religión, o en hacerse religiosos.

Los descubrimientos de este estudio fueron publicados recientemente en el diario Adaptive Human Behavior and Psychology, con los cuales se sugiere que la fisiología de una persona puede afectar su comportamiento al grado de interponerse con sus creencias religiosas o su entendimiento del mundo que le rodea. “La mayoría de mi investigación tiene que ver con cómo factores sociales pueden entrar “debajo de la piel” para influenciar la fisiología humana – y al revés(sic)” dijo Das.

¿La testosterona hace a los hombres menos creyentes?

El estudio analizó información de 1,071 hombres estadounidenses de un promedio de edad de 57 años. Estos hombres participaron en el “Proyecto Nacional de Edad Social, Salud y Envejecimiento”(NSHAP, por sus siglas en inglés) que tomaron lugar durante los periodos de tiempo del 2005-2006 y 2010-2011.

Tras analizar la información fisiológica y social, Das encontró que los hombres que presentaban la mayor concentración de testosterona y DHEA en sus cuerpos durante el periodo de 2005-2006, presentaron lazos religiosos débiles, o rotos por completo.

El investigador concluye que las hormonas parecen hacer que las personas eviten el contacto con grupos y creencias religiosas, reportando que los participantes del proyecto con estos resultados dejaron de atender juntas y servicios religiosos, y se mostraron menos dispuestos a hablar con figuras de autoridad acerca de problemas personales o temas de importancia para ellos. Sin embargo, Das aclara que esto no significa que la espiritualidad de las personas depende completamente de las hormonas, aceptando que el estudio tiene muchos “peros”.

Entre ellos: estos fueron análisis observacionales de información. No se pueden hacer inferencias causales. La muestra fue de adultos mayores: representativo nacionalmente, pero aún así (sic). Lo que ocurre en edades jóvenes es desconocido”.

 

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