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The Punisher rescata a Marvel en Netflix y te vuela la cabeza [FW Opinión]

SIN SPOILERS: una serie de motivos para darle otra oportunidad a Marvel en Netflix y ver The Punisher.

Seremos honestos, iniciamos la labor de ver The Punisher tratando al primer episodio como ruido de fondo. El tedio producido por la terrible Iron Fist y la entre irregular o mediocre Defenders había hecho mella en los ánimos para ver otra serie más de Marvel en Netflix.

La fórmula parecía desgastada y a estas alturas el hartazgo por esa fijación de la plataforma por producir demasiados capítulos tomando como base arcos argumentales que a lo sumo deben dar para mantenerse interesantes por no más de cinco horas, convertían la idea de ver 13 episodios de The Punisher en algo que se antojaba como un castigo.

Sin embargo, por ahí del minuto 20 del su primer capítulo el juego entre ruidos y silencios terminaron llamando la atención de su servidor que por fin se dignó a voltear a ver a la pantalla con atención, y a partir de ahí fue imposible soltar la serie hasta el final.

Sí, lo lee usted bien. The Punisher es espectacular y quien afirme que es imperdible tiene argumentos de sobra para decirlo.

No sólo es la serie con la que Marvel y Netflix enmendaron todos sus errores del pasado, sino que es, tal vez, con el perdón de la primera temporada de Daredevil, la producción más balanceada, en términos de entretenimiento sin relleno, que ha hecho este equipo dentro de la plataforma de streaming.

The Punisher tiene hartas virtudes, pero aquí sólo vamos listar algunas breves, sin detalles específicos sobre la trama, para ilustrar y tal vez convencer sobre por qué la serie merece una oportunidad.

Rompen las reglas de su propio juego y alteran el ritmo: Marvel y Netflix ya habían impuesto cierto orden para contar sus historias, y aquí decidieron romper esquemas, desde el primer episodio, con un personaje principal casi ausente que sólo hasta el último hace acto (violento) de presencia.

Este movimiento de variar los ritmos se repite las ocasiones suficientes a lo largo de la temporada, incluso llegan al grado de montar una secuencia como si se tratara de un FPS, lo que mantiene fresca la narración de la trama y hace más ligero el recorrido por los 13 episodios.

Su subtrama principal es interesante. Marvel siempre había tenido el problema de que su arco argumental real era demasiado corto para la cantidad de capítulos que tenían que grabar, de modo que siempre se sentía que había algunos episodios de sobra o divagando, pero ya por fin quedó superada esa maldición.

Ahora, con The Punisher tenemos varios planteamientos narrativos corriendo en paralelo, pero existe una subtrama principal, que involucra a un soldado trastornado y “volátil”, que termina siendo tan atractiva y entretenida que no se siente de sobra y sólo contribuye a desarrollar mejor a los personajes.

No conecta directamente con el resto de las series, y no depende de ello. El factor más problemático con Iron Fist es que se sentía como un prólogo demasiado extendido a The Defenders, que a su vez dependía de mencionar, aludir o conectar con todas las producciones previas.

En cambio, la primera temporada de The Punisher funciona como una historia aislada que puede disfrutarse perfectamente sin haber visto el resto. Las referencias a todas las demás series son mínimas y tiene una personalidad propia.

Es ultraviolenta. Esto definitivamente no es para niños. La violencia gráfica en la serie es bastante explícita y por momentos raya en lo gore, lo que resulta una sorpresa grata en armonía con el material original del cómic.

The Punisher no teme reventar cabezas, fracturar huesos y mostrar cada detalle de eso sin sermonear sobre el asunto. Resulta casi catártico.

Sus dos últimos episodios son brutales. Al momento de llegar a ese punto climático del cierre las expectativas son demasiado elevadas, luego de la carnicería que hemos presenciado en los capítulos previos, pero resuelven todo a la altura de la circunstancia.

Contra todo pronóstico, y así logran un final que retribuye cada minuto invertido.

Jon Bernthal es el Punisher perfecto. No hay mucho que añadir aquí. Es la mejor interpretación de este personaje en el cine y la televisión. Es el nuevo referente obligado al hablar del personaje, y Jon Bernthal es en buena parte culpable de eso.

Es probable que The Punisher no vaya a ser considerada unánimemente como la mejor serie de Marvel en Netflix, pero la distribución y equilibrio entre sus elementos la vuelven en definitiva una de las más entretenidas, por lo que es casi seguro que encuentre un público dispuesto a rendirle culto.

Si hubiera algo que reprocharle a la primera temporada de The Punisher podría ser tal vez que las múltiples subtramas (el soldado psicótico, Micro y su familia, lo que pasa en la cabeza de Frank) son a veces más interesante que el conflicto principal (el video que se puede hacer público).

El futuro de la series de Marvel luce incierto tras el anuncio de Disney lanzando su propia plataforma de streaming. Pero The Punisher representa un cierre digno a esta etapa con Netflix.

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