A poco más de un año del anuncio de su cámara OZO de realidad virtual, enfocada al entorno profesional, Nokia anunció que dejará de vender el dispositivo y no invertirá más recursos en esta tecnología. ¿La razón? Lo que todos conocemos: el mercado de realidad virtual no ha avanzado tanto como se esperaba.
Sumado a lo anterior hay que agregar que el precio de la OZO no era nada accesible: USD $60.000. Esto es importante ya que el precio es una de las barreras más grandes de entrada para la realidad virtual. Dispositivos como el HTC Vive o el Oculus Rift no han gozado de una demanda considerable debido a la inversión que tiene que hacerse en el dispositivo y el equipo que ejecutará el software.
Nokia cortó por lo sano y esta operación le costará el trabajo a 310 personas que trabajaban en oficinas de Finlandia, Estados Unidos y Reino Unido. La empresa anunció que seguirá invirtiendo dinero en la salud. De acuerdo con su presidente, Gregory Lee, con el enfoque correcto y la inversión adecuada pueden crecer significativamente en el mercado de salud.
La compra de Withings en abril del 2016 les aseguró un lugar en este segmento de mercado. Hace apenas unos meses que la empresa lanzó una báscula inteligente y un medidor de presión sanguínea, así como una mejorada aplicación para gestionar todos los datos.
Bien por la compañía que se ha dado cuenta a tiempo del estado de la realidad virtual y ha invertido en el mercado en donde puede sacar un mejor provecho.
