Luego de un periodo de incertidumbre, a raíz de las políticas económicas transnacionales influidas por la postura restrictiva de la administración de Donald Trump, la operadora AT&T se terminó convirtiendo en una de las más importantes en México y ahora ha llegado el momento de conocer sus más recientes resultados financieros.
Lo curioso es que para el caso de la compañía se ha presentado un balance agridulce. Por un lado, la compañía ha reportado un incremento del 29% en su base usuarios, con cerca de 700 mil nuevos suscriptores agregados a su red durante el tercer trimestre de 2017.
En total, la operadora cuenta ya con 13,8 millones de clientes, lo que representa un 29% más que hace un año exactamente, lo que se ha traducido en un 26,5% de mayores ingresos a los generados en 2017. Pero aún así hay un aspecto en el que ese crecimiento no ha resultado favorable: su operación y el costo que implica cada nuevo agregado.
Las pérdidas operativas de AT&T se dispararon en 65% para llegar a los USD $244 millones, una cifra muy por encima de los USD $148 millones registrados el año previo. Los factores que ayudaron a inflar esa cifra habrían sido el tipo de cambio del dólar frente al peso mexicano y el costo de adquisición de usuarios nuevos.
El flujo operativo negativo de AT&T México pasó de los USD $67 millones a los USD $126 millones, lo que significó un incremento del 88% en el Ebitda negativo de la operadora, atribuido a los costos del despliegue de infraestructura para su red 4G LTE.
Las cifras no suenan favorables, pero se atribuirían al periodo normal por el que pasa la operadora mientras extiende su presencia en el país.
