Cuando Apple presentó Face ID, su nueva tecnología de desbloqueo para su iPhone X, y falló a la mitad de su demostración, muchos sintieron esa vieja corazonada de que tal vez ya se había llegado demasiado lejos con esa clase de candados, pero en realidad existe aún otra meta irracional en materia de sistemas biométricos: el tamaño del corazón.
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Un grupo de ingenieros de la Universidad de Buffalo acaba de presentar un nuevo sistema de identificación biométrica, en donde la plataforma desarrollada es capaz de escanear el cuerpo del usuario, para determinar con precisión su ritmo cardíaco y las dimensiones de su corazón, convirtiéndolo en una llave de desbloqueo para dispositivos inteligentes.
El sensor funciona como una suerte condensada de radar Doppler, con una señal más débil que la del Wi-Fi emitida por un módem, y su capacidad de identificación sería incluso más precisa que los sistemas actuales de desbloqueo, como huellas dactilares y lectores de iris, según afirman sus propios creadores.
Una de las aplicaciones obvias con la que es vendida esta tecnología es en el uso de smartphones, pero la investigación apunta que también podría ser aplicada como complemento a otros sistemas de seguridad, como en aeropuertos. Aunque todavía queda pendiente el reto de disminuir las dimensiones del sensor.
No es un hecho definitivo que esta tecnología vaya a anunciarse dentro de algunos años con el nuevo modelo de Samsung Galaxy S, o algún iPhone.
Pero la posibilidad ya ha quedado abierta.