Durante la tarde del domingo, un par de mensajes aparecidos en las cuentas sociales de PlayStation revelaron -en ese entonces- que la base de datos de la PlayStation Network había sido vulnerada.
¿Pánico? ¿Terror como si fuera 2011? No tanto. Y principalmente, porque detrás del asalto a esas cuentas (Twitter y Facebook) estuvo OurMine, un grupo de hackers que se dedica a encontrar vulnerabilidades y luego ofrece sus servicios de seguridad. Básicamente, “caballeros blancos” de seguridad informática sin intenciones maliciosas detrás.
En los mensajes además OurMine invitó a que la gente de Sony detrás de la PSN los contacte; posteriormente, los mensajes fueron eliminados, lo que sería indicativo de que las cuentas volvieron a cargo de los responsables.
Lo problemático de todo esto es que los hackeos -inofensivos o de los otros- están siendo una constante a lo largo de los años si se trata de Sony. Porque primero fue la PSN en 2011 y hace un par de años fue Sony Pictures, que tuvo bastantes inconvenientes con la filtración de información privilegiada de sus estudios de películas.
Ahora lo normal sería que PlayStation emitiera un comunicado diciendo que todo está bien o algo por el estilo.
