El tema es simple, de acuerdo a informes que vienen desde oriente, el Galaxy Note 8 se lanzaría antes de lo esperado.
¿Por qué? A esta altura del año, el Galaxy S7 y S7 Edge habían vendido en conjunto 12 millones de unidades, los S8 en conjunto llevan 9.8 millones.
Es por esto que el equipo se anunciaría a finales de agosto y ya estaría a la venta en las primeras semanas de septiembre.
La razón del apuro se debe a cierto dispositivo con una manzana mordida en el posterior que se anuncia en septiembre, y Samsung no quiere perder terreno.
Este movimiento no es para nada ajeno a la industria, de hecho Samsung lo sufrió al atrasar el lanzamiento del S8, dándole algo de terreno al LG G6, que tampoco le ha ido tan bien, de acuerdo a estas mismas fuentes.
Quizás los usuarios de Samsung están felices con sus S7 y S7 Edge y no han encontrado suficientes razones para cambiarse a una nueva versión, o quizás los decepcionó todo lo del Note 7, o quizás están esperando este nuevo Note que llegará más pronto que tarde.