Existe una preocupación genuina por el papel que tomarán los robots en el futuro con su inserción dentro del sector laboral. Algunos lo ven como un riesgo inevitable para la pérdida de puestos ocupados por humanos, mientras que otros como Eric Schmidt, Director Ejecutivo de Alphabet, empresa de la que se desprende Google, cree que el asunto no sería tan grave.
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En una charla para el MIT, ante estudiantes de ciencias computacionales y miembros del laboratorio de inteligencia artificial, Schmidt se describió a sí mismo como un “detractor de la idea de la eliminación de trabajos”.
El ejecutivo argumenta que mientras que algunos trabajos se perderían, sin duda alguna, por causa de la automatización, habría más puestos de trabajo en última instancia, que se crearían para reemplazar las vacantes relevadas, como resultado de los avances tecnológicos.
Estudios recientes proyectan que, de un modo u otro, la sustitución de humanos por máquinas automatizadas serán un hecho de importante presencia, estimando que para el año 2030 el 38% de los empleos en el mundo serían susceptibles de ser ejecutados por un robot.
Durante su intervención Schmidt comparó esta era de cambios con lo acontecido en la revolución industrial, ilustrando la situación con algunos ejemplos, donde los vehículos autónomos eliminaría a los conductores, pero crearía un nuevo puesto de trabajo para quien deba dar asistencia al mantenimiento de los vehículos.
Igual que con la revolución industrial el punto clave sería el conocimiento técnico especializado que exigiría a los humanos para dar el salto laboral, y ese fue un tema que el ejecutivo no abordó directamente.
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