Guardians of the Galaxy Vol. 2 ha sido estrenada y durante su primer fin de semana en algunos de los mercados más importantes de América Latina ha provocado algunas reacciones mixtas, aunque positivas en su mayoría.
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Llega el momento de plantear una opinión sincera y honesta (sin spoilers) sobre la experiencia de ver esta cinta, y el inevitable problema que puede representar el darle continuación a una historia que parecía insuperable.
Un breve antecedente
Cuando Guardians of the Galaxy se estrenó en 2014 a todos nos tomó por sorpresa. Era esa cinta de la que nadie sabía qué esperar y que terminó siendo uno de los eventos cinematográficos más gratos e inesperados de los últimos años. No sólo para el Universo Marvel, sino para toda la ciencia ficción.
A nivel personal yo no tenía el menor interés de ver una nueva trilogía de Star Wars, luego de la experiencia vivida del Episodio I al III (gracias, George Lucas), pero Guardians demostró que era posible contar historias fascinantes con bases firmes sobre la esencia de este género cada vez más mestizo.
De hecho a la fecha, habrá más de uno que podrá argumentar que parece más original y propositiva esa primera aventura de Star Lord y compañía que el reboot del Episodio IV visto en The Force Awakens. De modo que el reto y la expectativa sobre esta cinta era inusualmente mayor, y es posible que para algunos no haya cumplido superar lo que se esperaba.
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Pero en realidad hay factores de sobra para considerarla extraordinaria.
No es malo que una película sea divertida
Guardians of the Galaxy Vol. 2 tal vez pueda resultar más complicada de ver que la primera justamente por el antecedente. Pero es un error delicado el entrar a la sala de cine bajo la intención de compararla, ya que aquí la intención, ritmo y abordaje corren bajo líneas muy distintas aunque sea el mismo equipo de producción. Se trata de una secuela que da continuación a la vida de estos personajes, no una repetición.
Quienes busquen la misma experiencia de sorpresa vivida hace dos años podrán salir decepcionados. La primera cinta era una historia que buscaba presentar a los protagonistas y a un conflicto complicado mientras conectaba con el resto del Universo Marvel y se formaba el equipo de superhéroes. Mientras que el Vol. 2 en realidad posee una trama tan contenida y directa, que resulta casi anecdótica.
Guardians of the Galaxy Vol. 2 funciona como un entrañable tributo a las sagas más esenciales de la ciencia ficción de aventuras. Más o menos bajo esa misma mística y ambición con la que George Lucas tomó el ADN de Flash Gordon para dar origen a Star Wars. Es así, la cinta se siente como un show sci-fi de la década de los 60, y eso es admirable.
Podría acusarse a Guardians Vol. 2 de no contar con el ritmo redondo de la primera parte, ya que prefiere tomarse su tiempo para revelar el punto de conflicto y darle, a su propio compás, ajeno de acción descerebrada y trepidante, el peso dramático que amerita todo.
O podrán reprocharle el ser demasiado divertida por la cantidad elevada de bromas integradas sin reparo. Lo cuál por sí mismo puede ser debatible como un factor negativo. ¿Quién puede increpar a una película por intentar en todo momento ser entretenida?
Lo cierto es que Guardian of the Galaxy Vol. 2 está muy alejada de los azotes oscuros del universo cinematográfico de DC. El mundo de estos personajes es colorido, intrigante, libre de solemnidades impostadas, expresivo en su forma y tonalidades, a la altura de Doctor Strange como una adaptación casi inconcebible de la visión estética de Jack Kirby.
En el apartado musical resulta admirable la decisión arriesgada de dejar a un lado las tonadas populares para integrar canciones más oscuras, pero que suenan casi predestinadas a encajar en esta historia.
Los cameos son delirantes y las cinco escenas post-créditos sólo ayudan a reforzar esta sensación de no querer abandonar la vida de estos personajes. Con la completa disposición a ver más cintas sobre ellos.
A grandes rasgos: comparada con la primera película Guardians of the Galaxy Vol. 2 resulta menos sorprendente, más contenida y apartada del resto del universo Marvel. Pero también es una de las películas más envolventes y con corazón propio.
Una auténtica carta de amor a la ciencia ficción de aventuras de antaño.
Flash Gordon ya tiene un relevo.
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