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Hace 40 años: La extraña abducción extraterrestre del Cabo Valdés

El bullado caso sucedido en el norte de Chile se mantuvo como uno de los grandes misterios de la ufología. Hasta que Valdés contó una nueva verdad: nunca sucedió.

¿Hay vida fuera de la Tierra? ¿Han venido seres del espacio a visitarnos? ¿Caminan entre nosotros? ¿Alguien ha tenido contacto con ellos y vive para contarlo? Exactamente hace cuarenta años, en Chile sucedió uno de los más bullados casos de la ufología mundial: el extraño caso del Cabo Armando Valdés, abducido por extraterrestres en la localidad de Lluscuma, al norte del país.

El 25 de abril de 1977 cambió la vida de Valdés. Según el mismo contó en su momento, objetos voladores no identificados se acercaron desde el aire al sector donde él se encontraba con un grupo de compañeros. El Cabo Valdés se acercó a los ovnis y demoró tanto en volver, que sus súbditos salieron a buscarlo pensando en lo peor.

La leyenda cuenta -o contaba- que lo peor efectivamente había sucedido. Armando Valdés fue raptado y solo volvió a tierra firme cayendo desde el espacio, con más barba de la que se había ido y con un reloj que no marcaba bien la hora. Y el episodio se cerró con una frase que quedó en los registros de la ufología mundial:

Nunca sabrán quienes somos ni de donde venimos, pero pronto volveremos.

La historia fue caso de estudio por décadas; en su momento, fue un suceso sin precedentes en el país y Armando Valdés fue persona de interés, amén de que los medios de la época trataron el asunto a gran escala pero siempre con algo de cuidado, considerando que se trataba el ejército en una época en la cual el mismo ejército gobernaba el país.

Sin embargo, la verdadera historia salió a la luz 30 años después en una entrevista concedida por Valdés a la revista Más Allá.

¿Dónde estaba Valdés durante su desaparición? Había ido a orinar. Nunca estuvo perdido, siempre vio al resto. Cuando se dio cuenta que lo estaban buscando, apareció de forma intempestiva. Y eso llevó a creer que había caído desde el aire, desde la nave.

¿Por qué le había crecido la barba? En realidad la tenía hace varios días, pero por regla del ejército debía estar siempre bien afeitado por lo tanto no podía decir que andaba en labores de trabajo sin rasurarse.

¿Y el reloj que mostraba una fecha adelantada? Nadie sabe que tan real es eso. El reloj quedó en poder del ejército y Valdés nunca se molestó en recuperarlo.

¿Qué hay de la frase tipo mensaje dicha por Valdés? “A veces pienso que alguien me indujo a pronunciarla. No hay otra explicación”.

¿Cuánto le pagó el programa De Pe a Pa por su testimonio en 1999? Se rumorea que USD $20.000.

¿Cuántos libros se han escrito sobre el caso? Dos: La Noche de los Centinelas de Patricio Abusleme y Lluscuma, de Jorge Baradit.

¿Qué opinan el resto de soldados que estuvieron presentes en esa noche de 1977? El propio Patricio Abusleme, luego de hablar con algunos de los compañeros, dijo en 2011 al diario La Cuarta que el desmentido sobre la abducción de Valdés se debe a que “está tratando de conciliar sus creencias religiosas actuales con lo que vivió en la pampa de Lluscuma”.

Hoy, a cuatro décadas del suceso, parece claro que la historia en realidad fue una mentirilla (o mentiraza) que por cosas del destino se agrandó más de lo que debía, quizás porque los medios y la gente de la época era mucho más susceptible a estos casos. O tal vez el Cabo Valdés sí tuvo un encuentro cercano de algún tipo y desmentir la narración tiene como fin desviar la atención, que el mundo baje la guardia y no esté así preparado para el regreso de los seres que avisaron volver.

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