Antes de que se escaparan casi todos los detalles tras el Galaxy S8, todos esperaban que una nueva tecnología se presentara junto a este terminal, pero el tiempo le jugó en contra a Samsung.
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Todo indicaba que el lector de huellas iba a estar empotrado tras la pantalla en el frontal del terminal, rompiendo un paradigma en el diseño industrial móvil.
Básicamente ibas a poder desbloquear el teléfono poniendo tu dedo en cualquier lugar de la pantalla, una locura.
La tecnología existe y es aplicable en masa, pero no bastaron los plazos para que la surcoreana no lo considerara “frustrante” en su funcionamiento, según consigna GSMArena, dado lo cual decidieron tomar un cambio a última hora.
Ahora ya sabemos que el lector de huellas en el posterior, que tanto nos llamó la atención fue, a grueso modo, un cambio de última hora en pos de no entregar un producto a media hornear.
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