A pesar de que ya ha sido demostrada la existencia de software de espionaje para teléfonos inteligente, con la capacidad de intervenir absolutamente todas las funciones del dispositivo, parece que el Presidente Donald Trump aún así no desea alejarse de su viejo Samsung Galaxy S III, lo que podría convertirse en un serio problema de seguridad, por lo que el Senado de Estados Unidos ya ha pedido que se haga algo al respecto.
Un grupo de senadores ha escrito una carta pública abierta, dirigida directamente al Secretario de Defensa de Estados Unidos, en donde le solicitan con urgencia que realice una investigación sobre la seguridad del “viejo Android” de Trump:
For the low-low price of $200,000 and no background check you too can live-stream a military crisis meeting. pic.twitter.com/vNd8Jo7Bq5
— zeddy (@Zeddary) February 13, 2017
Como bien sabe, los hackers a menudo apuntan como objetivo a ciertos teléfonos inteligentes, en un intento por obtener información confidencial y personal del usuario, estos informes son muy preocupantes.
Es parte de lo que señala la misiva, detonada tras la viralización de una serie de fotografías donde se observa al Presidente Trump utilizando su Galaxy S III, mientras revisa serie de documentos que le fueron entregados durante la breve crisis tras el lanzamiento de un misil balístico por parte de Corea del Norte en territorio cercano a Japón.
Bajo el hipotético escenario de que el smartphone del Presidente estuviera intervenido por, digamos, Rusia, el hacker podría activar el micrófono o la cámara del dispositivo para enterarse en tiempo real del tema ultrasecreto abordado por la Casa Blanca.
Aún así, al Presidente parece no importarle mucho.
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