Lily anunció ayer que la compañía cerrará de manera definitiva, por lo que su dron autónomo potenciado por inteligencia artificial sólo quedará en nuestra memoria como una buena idea -pésimamente- mal ejecutada.
La empresa envió un correo electrónico a todos sus clientes, dentro del cual se argumentaba que la principal razón de todo esto se debe a que fueron incapaces de producir las 60 mil órdenes que tenían agendadas, avaluadas en cerca de USD $34 millones.
“Nos hemos enfrentado a una carrera a contrarreloj de fondos en disminución constante (…) En meses anteriores hemos tratado de asegurar nuestras finanzas para así desbloquear nuestra línea de producción y entregar las primeras unidades, pero hemos fallado en realizar esto. Como resultado de esto, tristemente debemos decir que estamos planeando cerrar la compañía y devolver el dinero a nuestros clientes”, reza el correo electrónico enviado por la empresa y publicado hoy por The Verge.
Los pagos se realizarán durante los próximos 60 días, sin embargo lo que importa no es eso, sino saber que el financiamiento colectivo volvió a fallar y que tristemente no se proyecta un buen futuro para este tipo de proyectos con los antecedentes que tenemos hasta ahora.
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