Se vienen los últimos meses del gobierno de Barack Obama, que seguramente ya está planeando sus movimientos de salida. Uno de los que no se llevará a cabo, eso sí, será perdonar a Edward Snowden.
A juicio de Obama, no lo hará simplemente porque no puede. En entrevista con el periódico Der Spiegel (vía Ars Technica), el aún presidente de Estados Unidos indicó que “no puedo perdonar a alguien que no se ha presentado frente a la corte, así que tampoco puedo hacer comentarios al respecto”.
Pienso que Snowden puso sobre la mesa algunas dudas muy razonables. El problema es la forma en que lo hizo, no siguiendo los procedimientos y buenas prácticas de una comunidad inteligente.
Y si todos piensan que yo puedo llegar y tomar mis propias decisiones respecto a estos temas, entonces sería muy difícil tener un gobierno organizado o cualquier tipo de sistema de seguridad nacional.
Obama agregó que lo primero que debe hacer Snowden es entregarse voluntariamente y dar una explicación frente a quien corresponda; una vez sucedido eso, “podríamos empezar a considerarlo”. De todas formas, y según apuntan los creadores de una campaña que busca el perdón a Snowden, Obama sí podría hacerlo ya que históricamente otros presidentes han dado perdonazos aún sin que los acusados hagan sus descargos de manera “oficial”. Un ejemplo: el perdón a Richard Nixon dado por Gerald Ford.
El mismo Snowden ya ha dicho públicamente que quiere que Obama lo perdone; según lo expresado hace un tiempo atrás, sus actos no trajeron más que buenas cosas para la sociedad norteamericana (y por qué no, mundial). Y con la elección de Donald Trump, Edward Snowden cree que el público debe ser “muy cauteloso respecto a los funcionaros electos”, sean quienes sean.
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