La proliferación de los teléfonos inteligentes ha provocado, además de una sociedad hiperconectada, otra consecuencia no tan positiva como lo es la contaminación. Por ello, existen organizaciones que buscan hacer frente a este problema a través de iniciativas basadas en la sustentabilidad, como la que ha puesto en marcha Chilenter, la que ha enviado más de 3.800 celulares en desuso a Japón, lo que se traduce en 420 kilos de estos aparatos, para que sean reciclados.
El proyecto contempla esta exportación al país del sol naciente, en el que los equipos desechados serán fundidos y desarmados, con el fin de poder rescatar sus materiales, entre ellos materiales preciosos como el oro, plata, cobre y platino.
Además de la presencia de celulares, se exportaron otras piezas como por ejemplo 2.8 toneladas de circuitos impresos de medio grado, 1.8 toneladas de circuitos impresos de alto grado y 300 kilos de memoria RAM; para así dar un total de 5.37 toneladas de residuos electrónicos.
Al respecto, la directora ejecutiva de Chilenter, Irina Reyes, manifestó la importancia de este proyecto para la sociedad, considerando su alto nivel de tecnologización. De hecho, desde su puesta en marcha, la fundación ha gestionado más de 1.400 toneladas de estos residuos.
