:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/metroworldnews/M46FI535NFEJXBZMEGIQUVQCZI.jpg)
La obra maestra de Psyonix, Rocket League, se ha convertido en una adicción para mí. Ya llevó poco más de 60 horas y todo su conjunto de mecánicas y modalidades ha hecho que consuma cada pequeño rato libre en línea.
A lo largo de esas 60 horas de juego, he sido partícipe tanto de grandes jugadas como de tremendas pifias —generalmente autogoles— que en más de una ocasión han provocado que quiera arrojar el control contra la pared.
Una de esas grandes cagadas en forma de autogol la conmemoro con mucho cariño porque no recuerdo haber visto una de tanta espectacularidad, manufactura y torpeza. Además, destaca por haber sido generada con total espontaneidad. Ninguno de los tres miembros del equipo naranja, totalmente anónimos entre nosotros, pudo haber pensado en crear un gol en propia puerta de tan tremenda hechura.
La jugada empezó desde la mitad de cancha del equipo contrario. Un compañero trató de jugar el balón después del rebote de un rival y por error lo toqué. La marcha que llevaba obligó a la pelota a elevarse y recorrer casi todo el campo hacia nuestra portería.
Como se muestra en el video, el usuario Koorploop trató de rechazar el balón con torpes malabares pero no lo logró. A toda velocidad, RCM Monza llegó con furia para evitar el autogol pero incrustó la redonda de manera espectacular en nuestra propia cabaña.
No puedo dejar de sonreír cada que lo recuerdo y es por eso que lo comparto con ustedes.
Opinar es gratis, como siempre. No olviden seguirnos y comentar en Facebook.
