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Más música y menos sellos discográficos: Manual para dar a conocer a tu banda

Con plataformas como Bandcamp, Soundcloud, Spotify o iTunes, ya no es necesario contar con una casa discográfica para poder distribuir tu música, incluso si estás en el más completo anonimato.

La única posibilidad que tenían los músicos para difundir su material en los 90s era que un sello discográfico apostara por su música. Esto, con varias restricciones comerciales, de distribución e incluso creativa. En estos términos, la entrada de Napster marcó el camino hacia lo que hoy vemos: Bandas que pueden distribuir sus discos a través de plataformas digitales, pudiendo alcanzar la misma difusión en cuanto a artistas de renombre.

En esos años, agrupaciones como Smashing Pumpkins, Limp Bizkit y The Offspring se fueron en picada contra sus propios sellos discográficos para lograr distribuir de forma gratuita la máxima cantidad de canciones con el fin de llegar a nuevos seguidores. Sin embargo, en mi opinión, Napster no fue consciente del fenómeno que catapultó.

En 2002, el recientemente fallecido David Bowie ya sabía que el futuro de la industria musical cambiaría, señalando a New York Times que “no sé por qué estaría firmando con un sello discográfico en un par de años más, porque no creo que la cosa vaya a funcionar con sellos o métodos de distribución tradicionales, al menos no de la misma forma”.

Pasarían menos de cinco años para que el mundo comenzara a cambiar y para que las bandas comenzaran a distribuir material a través de MySpace, PureVolume y YouTube. Es decir, en 2006 ya podías dar a conocer a tu agrupación musical a través de una de estas plataformas. En términos técnicos, tanto la compresión de archivos como la mejora en las conexiones fueron fundamentales para que esto se lograra.

En ese entonces existían dos mundos: Los artistas conocidos que seguían trabajando con sus discográficas y toda una escena independiente que aprovechaba la internet para distribuir su trabajo. Ahora faltaba que los músicos más reconocidos legitimaran esta nuevas formas de distribuir música. Un precedente importante lo marcó Radiohead a fines de 2007, cuando ofreció su disco In Rainbows a través de la web, dando la posibilidad a que sus seguidores pusieran el precio al disco en formato digital, incluso descargándolo de forma gratuita.

El mercado de la música siguió cambiando, vimos aparecer a varios reproductores que por conflictos de Copyright desaparecieron, hasta la escena actual configurada por las principales plataformas de distribución gratuitas como Soundcloud y Bandcamp, y pagadas como Spotify, iTunes, Deezer, Tidal y Google Play, por nombrar algunas.

De esta forma hoy existe la posibilidad de ir a algún estudio de grabación económico, grabar multipista, mezclar, masterizar y distribuir sin tener que gastar una fortuna ni esperar una vida para que “un sello se fije en mi banda”. Hace dos años con mis amigos de la universidad y del colegio comenzamos una agrupación llamada La Gran Mano de Cera, la que nos ha ayudado a entender cómo funcionan los sellos independientes y la difusión desde Chile.

Comenzamos a armar tocatas, analizar sellos promocionales, encontrando una interesante apuesta desde Algo Records, BYM Records, Cápsula Discos, Beast Discos, Armatoste Brazo Discográfico, Tuneless Records entre muchos otros. Todos estos sellos tienen como función principal la promoción de sus bandas y no el simple usufructo de su trabajo como las antiguas discográficas. Además, buena parte de ellas se ha dedicado incluso a recuperar viejos formatos análogos como el cassette y el vinilo que son muy apreciados por los puristas.

Con 9 canciones propias, nos decidimos “tirar a la piscina”, arrendamos un par de horas en un estudio de grabación, grabamos todos los instrumentos juntos, en diferentes canales, luego las voces, la mezcla y la masterización. Una vez que quedamos conformes con el sonido (al menos pasó un año para que eso ocurriera), subimos el material a Souncloud, Bandcamp, Portaldisc (distribución de discos en Chile) y luego averiguamos cómo subir el primer demo a Spotify, más que mal, es la plataforma de reproducción más utilizada junto a iTunes.

Averiguamos y encontramos sellos de distribución a los que se les paga una membresía anual para distribuir discos en Spotify, iTunes, Deezer, Google Play, Tidal, entre muchos otros. Por un plan anual en el sello sueco Record Union, por ejemplo, estamos pagando cerca de CLP $20.000 pesos mensuales con la oportunidad de que nuestra banda, que partió en total anonimato, pueda llegar a miles de personas en el mundo, que pueda llegar a otras bandas, y por qué no, que nos sirva para ir de gira a otro país.

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