En Chile, operar un dron no es llegar y echarlo a volar. De hecho hay que tener una licencia para utilizar uno en áreas pobladas. La Dirección General de Aeronáutica Civil ha expedido licencias para dos pilotos en todo el país, además de haber certificado tres drones en total.
En otras palabras, sin documentos no se puede volar un dron y un dron no puede volar si no está acreditado. No al menos dentro del marco de la ley, indica el reporte de La Tercera.
La normativa de la DGAC indica además que los drones pueden volar a una altura máxima de 130 metros (400 pies) y no ir más allá de los 500 metros desde donde se encuentra el piloto. Así, por ejemplo, se podrían evitar casos como el dron de Puerto Rico que transportaba sustancias ilegales hacia el interior de una cárcel.
Cualquier persona que vuelve un dron en una zona pública podría recibir una multa de hasta 22 millones de pesos (cerca de USD $35.000).
Casos como el del último superclásico en Argentina entre Boca y River, donde un dron llegó hasta el campo de juego mismo, no podrán darse en Chile. Los drones están prohibidos dentro de los estadios y alrededor en un radio de un kilómetro.
La norma implementada, eso sí, aplica solo en el caso de drones profesionales y no los de juguete, que serían todos los que tengan una masa inferior a los 700 gramos. Para definir esto se prepara una modificación al reglamento que durante las siguientes semanas debería estar publicado.
