Devastador artículo de opinión publicado por Richard Allen, Vicepresidente de Políticas Públicas en Europa de Facebook, donde avisa que si las regulaciones de privacidad a Facebook en Europa siguen adelante, será un problema para que la red social muestre novedades a sus ciudadanos.
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En Europa hay una gran preocupación por como las grandes empresas tratan los datos que captan de los usuarios de Internet. Facebook está en el punto de mira de la Comisión Europea por el uso indiscriminado de recolección de datos de usuarios registrados, incluso de personas que no están registradas vía los botones sociales que millones de webs integran, además de estar en otras demandas colectivas.
Este artículo es una respuesta ante el intento de los reguladores europeos para que Facebook se enfrente a las leyes locales de privacidad de cada país europeo en vez de las leyes irlandesas donde tienen su sede europea debido a los bajos impuestos.
Reiteramos que el artículo es de opinión institucional, declara que si los políticos europeos siguen con su tendencia de regular a Facebook, los usuarios lo notarán.
Para las empresas de internet, también, la regulación nacional plantearía serios obstáculos. Los costes aumentarían para Facebook, y la gente en Europa notaría que nuevas características llegan más tarde, o nunca
No está mal el tono para un Vicepresidente de Políticas Públicas. Pero el mensaje es claro, si los reguladores europeos prosiguen, los usuarios europeos serán quienes sufran las consecuencias.
Si bien es cierto que para una empresa norteamericana con reguladores mucho más permisivos con sus empresas las políticas europeas pueden parecer extremas, hay una sensación generalizada que muchas de estas demandas son generadas por la Comisión Europea en busca de una sentencia o trato que obligue a la empresa a pagar una multa millonaria.
Si finalmente los reguladores europeos obligan a Facebook a seguir el rumbo de coincidir con las leyes de privacidad de 28 países más la ley comunitaria, Facebook se verá envuelta en una guerra institucional donde posiblemente obliguen a retirar o parar novedades en ciertos países.