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Quizá debemos replantearnos el uso de las Smart TV

Los recientes casos de publicidad en estos productos, o que son capaces de escuchar lo que dices, nos hacen pensar sobre su futuro.

Las últimas noticias acerca de las Smart TV de Samsung con la actualización de privacidad y cómo muestra publicidad a algunos usuarios, exhiben cómo éstas, por más “smart” que sean, no dejan de dar problemas.

Los fabricantes de televisores entraron en pánico cuando se encontraron con que la gente empezaba a ver películas y series en sus portátiles o tablets y dejaban su televisor en segundo plano. En un acto de desesperación, se creó el término Smart TV, algo que en realidad ya existía porque había  televisores con ciertas aplicaciones conectadas a Internet.

No en vano ahora todos los grandes fabricantes se han estandarizado y decidido por una plataforma. Panasonic por Firefox OS, Sony por Android TV, Samsung por Tizen, LG por WebOS y, mientras, millones de personas que aunque tienen un televisor “inteligente”, adquieren dispositivos como Roku, Apple TV o Chromecast.

A los fabricantes hay que reconocerles que los nuevos televisores en el mercado están más conectados y facilitan ver contenido multimedia de tu PC o desde tu tablet, pero no existe ningún estándar claro; además, tienen interfaces complicadas y una larga lista de aplicaciones preinstaladas que nadie usa.

Es como ver la peor época de los PC con decenas de programas que nadie pidió tener, pero en tu televisor.

Google ha vendido 10 millones de Chromecast a un público cuyos televisores, a pesar de ser inteligentes, requerían labores más sencillas, como mandar videos de su móvil al televisor. ¿Por qué Google ha tenido éxito con Chromecast? Porque es simple, extremadamente sencillo y, claro, tiene una plataforma ―Android―, que puede adaptar al producto.

Lo malo es que en esta industria  ya no quedan fabricantes de gama media-alta que decidan lanzar un televisor “simple”: que no tenga más que sintonizador, opción de insertar dispositivos USB o HDMI y haga poco o nada más.

Recuerda que mientras una Smart TV esté conectada a los servidores de un fabricante, es posible que hagan cambios de manera remota como, en el peor de los casos, meter su publicidad en tu televisor sin que nadie se lo pida.

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