Redes Sociales

Llamas y vestidos azules: ¿por qué necesitamos estar en las grandes discusiones?

Este artículo no es acerca de qué color es el vestido que, por cierto, es negro y azul. Punto.

Internet es una de las creaciones más brillantes en varios siglos, la posibilidad de comunicar a una persona con otra en cualquier parte del mundo era algo utópico hasta hace algunas décadas. Nos gusta estar en contacto con otros y en Internet encontramos la forma más sencilla de hacerlo.

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Algo que las redes sociales nos ha dado es la posibilidad no sólo de contactar con otra persona, sino de respondernos prácticamente en tiempo real y de forma casi pública. Tanto nos gusta comunicarnos que llegamos a puntos donde un pequeño evento que no tiene impacto real en la vida de ninguna persona se convierte en el tema candente del momento.

Ayer sucedieron dos: primero las dos llamas que escaparon en Arizona y que una cadena de televisión siguió en directo desde su helicóptero. Tanto fue el revuelo causado por estos dos inocentes animales asustados en la ciudad, que en Twitter se convirtió en tema del momento en muy poco tiempo, pues logró hasta 220.000 tweets acerca del tema usando el hashtag #llamas

 

Pero también ayer tuvimos otro gran viral que bien ha podido romper relaciones. El ya famoso vestido azul y negro o blanco y dorado.

Gracias al artículo sobre el vestido, Buzzfeed ha logrado tener más de 20 millones de visualizaciones exclusivamente en ese artículo.

Pero… ¿por qué nos metemos en estas conversaciones?

A simple vista, estas dos “noticias” virales no son de interés, pero que cientos de miles de personas se pongan a hablar de ellas las vuelve relevantes. La explicación más lógica a que algo así se haga tan grande en un periodo tan corto se puede achacar al síndrome FOMO (Fear Of Missing Out, miedo a quedarse fuera de onda).

En el momento en el que un grupo reducido, pero importante de personas se pone a hablar de un sólo tema, el resto tiende a interesarse por él porque no quiere quedarse fuera de lo que está de moda.

Si además agregamos el componente de los famosos de turno, la historia no hace más que crecer.

En Twitter se tiende a exagerar todo porque hablamos en público a una audiencia que nunca conoceremos, aunque mucha gente piense que sólo sus seguidores leen lo que escriben. Si unimos una historia irrelevante, pero tierna, como que dos llamas escapen y den un paseo por la ciudad o que la gente sea incapaz de percibir de qué color es un vestido, la tendencia será exagerarlo para que durante las próximas horas sea lo más relevante.

Por suerte, este tipo de historias apenas dura unas horas, lo suficiente como para que una persona que no estuviese en el momento quede con una sensación de desconexión, lo que aumenta su ansiedad social.

Entrevista de CNN a la diseñadora del vestido, que confirmó es negro y azul. Vía @neetzan

No es la primera historia de este tipo, no será la última y aunque en algún momento prometas jamás entrar a una de estas conversaciones donde todo el mundo parece estar hablando, seguramente será una promesa en balde, la presión del grupo afecta a todo mundo de una u otra manera.

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