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Ingreso y habilidades, barreras para Internet en México

Las últimas cifras sobre disponibilidad de acceso a las TIC que se dan a conocer anualmente brindan algunas pistas sobre las barreras para la penetración de Internet en México.

Aunque en el 2014 se registró un incremento de usuarios de Internet y hogares con acceso, las cifras dejan espacio para plantear preguntas sobre qué barreras sociodemográficas y tecnológicas existen en el país que impiden una disponibilidad más extendida en la población.

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El Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) en su última de la Encuesta en Hogares sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información  en 2014 (MODUTIH, debido a que INEGI lo consolida en un módulo) muestra dos factores relevantes: el ingreso de los hogares y las habilidades de los individuos en relación al uso de Internet.

Acceso: menos de la mitad de la población y un tercio de los hogares

De acuerdo con este ejercicio, en el 2014 se contabilizaron 47.4 millones de usuarios de Internet en México que representan el 44.4% de la población con al menos 6 años de edad. En cuanto a los hogares, se reportaron 10.8 millones con un método de conexión que representan un 34.4% del total nacional.

Hogares y usuarios no son un sinónimo. Los hogares requieren un método de conexión fija, lo que implica una suscripción. Los hogares también pueden recurrir a esquemas en los que se comparta con otra vivienda el pago de una sola suscripción o en el que se comparta una conexión (o se tenga acceso a ella sin acuerdo mutuo).

En cambio, los usuarios no siempre requieren un acceso en el hogar, teniendo como alternativas áreas como el trabajo, la escuela o Internet con su servicio de telefonía móvil, por ejemplo.

Ingreso y habilidades

De acuerdo con los datos del MODUTIH 2014, la capacidad económica del hogar es la principal razón para no tener acceso a Internet. El 58% de los hogares “no conectados” respondió así a la encuesta.

Al hacer una revisión del ingreso promedio mensual de los hogares se observa que, en efecto, en términos generales los hogares que carecen de conexión perciben menos ingresos al mes que los que tienen un método de acceso a Internet. El grupo específico de los hogares “no conectados” que argumenta no tener capacidad económica para pagar una suscripción tienen más personas viviendo en el hogar y menos fuentes de ingresos. Es decir, es un hogar más poblado y con menos fuentes de ingreso.

Tipo de hogar Ingreso promedio/mes Mediana Ingreso/mes Promedio de personas Promedio de ingresos
Con conexión a Internet USD$532 USD$400 3.94 1.72
Sin conexión a Internet USD$287 USD$220 3.84 1.57
No tiene conexión por razones económicas USD$301 USD$256 4.42 1.62

En el caso de los usuarios, el principal obstáculo son las habilidades. Un 52.8% de las personas que dice no usar Internet respondió que es por no saber cómo usarlo.

Quizás la escolaridad y la edad sean las variables más obvias para explicar esta condición: un 57.5% del grupo de “no usuarios” que dicen no saber cómo usar Internet son adultos con más de 24 años de edad cumplidos, pero con un nivel de escolaridad equivalente a secundaria completa o menos. Sin embargo, estos datos sólo son una parte de la fotografía y hay más factores explicativos que deben tomarse en cuenta, como la disponibilidad de tiempo, la existencia de proveedores de servicio en la localidad, la exposición a las TIC, convivencia con otros usuarios, entre otros.

El ingreso y las habilidades son un punto de partida para aproximarse a la dimensión sociodemográfica de la brecha del acceso a Internet. Son factores que pueden ser atendidos, por ejemplo, a través de iniciativas de “alfabetización digital” focalizadas y la competencia entre operadores que se refleje en tarifas más bajas por servicios.

Pero además de las barreras demográficas, es importante reconocer que a nivel regional existen asimetrías en la distribución del acceso a Internet por la población. Por ejemplo, la capital del país y dos estados más (Nuevo León y Jalisco) concentran prácticamente a una cuarta parte de los usuarios de Internet y hogares con acceso. Al ver la distribución en mapas elaborados con los datos del INEGI se observa que el DF, el norte y el occidente del país tienen mayor penetración de Internet en usuarios y hogares, mientras que el sur y varias regiones del centro presentan los niveles de acceso más bajos.

En estos casos hay más factores en juego, como la cobertura de los mismos operadores, la distribución de la población en centros urbanos y rurales, los niveles de ingreso, las características físicas de la región y cómo dificulta el despliegue de servicios, entre otros. La brecha del acceso es un problema en el que intervienen varios factores que pueden ser tecnológicos, demográficos y económicos, por lo que las soluciones o hipótesis de mejora planteadas desde la política pública y la industria pueden nutrirse desde enfoques multidisciplinarios.

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