Uno de los principales problemas del cigarrillo electrónico es que no tenemos idea de qué puede provocar a largo plazo y aunque hay quien asegura que es más seguro que el tabaco tradicional, un nuevo estudio, publicado en PlosONE y efectuado por la Universidad John Hopkins, ha confirmado que el vapor/humo de estos aparatejos daña la capacidad del sistema inmunológico de las ratas para combatir infecciones vitales y bacterianas, además de contener radicales libres, los cuales son un tipo de compuesto químico que se produce naturalmente en la respiración y son necesarios para la vida, pero a la larga terminan por dañarnos, por lo que aumenta el riesgo de contraer cáncer.
PUBLICIDAD
Así pues, el citado estudio expuso a un grupo control de ratas a una marca comercial de cigarrillos electrónicos y después de dos semanas se les puso en contacto con una serie de patógenos. Esto causó que varios de los roedores no pasaran un buen rato: varios murieron.
David Peyton, químico de Portland State University comentó a The Verge que “trabajaron con una sola marca, un sólo sabor y un sólo nivel de nicotina”. Esto abre la interrogante sobre si las diferentes características del fluido podrían tener diferentes efectos en el organismo. En otras palabras, menos diplomáticas, el estudio es técnicamente correcto pero de espectro limitado, es sólo otra pieza en la cadena y no debe ser tomado como evidencia concluyente.
Pero es un inicio, al fin y al cabo, y mientras más estudios al respecto existan, mejor enfrentaremos el problema y, una vez que entendamos los efectos a largo plazo sobre el cuerpo, será posible legislar acerca de su uso.