Ciencia

¿De dónde surge el sentido de la justicia en los humanos?

Los científicos llevan dos décadas analizando la moral de los animales en busca de sus raíces.

El sentido de la equidad, entendido como el reparto equitativo y justo de los recursos, está en la base de nuestra sociedad. A pesar de que es muy difícil de definir e imposible de cuantificar, juega un papel fundamental en cuestiones como la discriminación salarial y la política internacional. Pero ¿de dónde viene?

Desde que existe la biología moderna se ha buscado el origen de la justicia o la empatía. Las preguntas que se hacen los científicos son, básicamente, si la justicia, la solidaridad o la empatía están en nuestro genes y cuándo aparecen estos sentimientos en la evolución biológica.

Sarah Brosnan, de la Universidad de Georgia y Frans de Waal, de la Universidad de Emory, reconocidos expertos en la materia, han revisado un gran número de trabajos sobre el tema, tanto suyos como de otros autores, tratando de dar con la respuesta. Los resultados de su análisis se publicaron recientemente en la revista Science.

El problema que se han encontrado históricamente los científicos que investigan las raíces de la justicia es que no es fácil diseñar un experimento que pueda responder, total o parcialmente, esta cuestión. Estudiarla directamente en humanos es prácticamente imposible. Lo que sí se puede hacer son estudios para comprobar si alguna otra especie cercana a nosotros presenta este tipo de comportamientos, y a partir de ahí, sacar conclusiones.

Sarah Brosnan y Frans de Waal fueron de los primeros en realizar experimentos sobre el trato justo en animales. En uno de ellos trabajaron con monos capuchinos, un pariente evolutivo muy cercano a la especie humana, que es muy fácil de entrenar y está presente en muchos zoológicos.

En el experimento, que puedes ver en el vídeo a continuación, entrenaron a dos monos capuchinos para hacer una misma tarea pero cada uno recibía una recompensa diferente; una rodaja de pepino o una uva. La fruta es un premio mucho más apetitoso para los capuchinos. Cualquier ser humano entendería ésto como una injusticia. Pero ¿lo entendería un primate también así?

La respuesta fue que sí. Los capuchinos también tienen un sentido de la justicia. Si los dos individuos recibían el mismo premio, llevaban a cabo la tarea en un 95% de las ocasiones. Pero si el premio era diferente, el que recibía un premio menor sólo lo hacía un 60% de las veces.

El estudio demostró que los primates también se sienten estafados si son tratados peor que un congénere y que, en consecuencia, se rebelan.

Pero ésto no demuestra que los monos capuchinos tengan sentido de la justicia. No del todo. Para afirmar que existe un sentido de la equidad es necesario, además, que el mono que sale beneficiado con la injusticia esté dispuesto a ceder parte de sus ganancias para asegurarse que la cooperación se mantenga en el futuro. Es decir, que sea capaz de sentir empatía, de entender el enfado de su compañero.

Según el artículo de Brosnan y de Waal en Science, este comportamiento también se ha visto en los primates y demuestra que la solidaridad no es una cualidad exclusivamente humana ni el resultado de reglas que se establecen en la sociedad, sino un comportamiento producto de la evolución.

Con este trabajo se cierra una parte del debate. El primer paso evolutivo es sentirse ofendido cuando recibes menos. El segundo es estar dispuesto a renunciar a recibir más. Ambos existen en los primates no-humanos pero aún queda por saber si hay más pasos y, si eso, qué implicaciones tienen.

Foto portada (cc) Michael Coghlan.

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