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Dime de dónde eres y te diré qué te descargas

La riqueza de un país influye en el tipo de contenidos que se comparten a través de protocolos como BitTorrent.

Cada día, millones de usuarios comparten archivos a través de Internet. Ya se trate de música, juegos o software, el intercambio de archivos permite que las personas tengan acceso a muchísima información.

Por primera vez, un equipo de científicos ha estudiado el comportamiento de los usuarios que comparten archivos peer-to-peer (P2P) en Internet mediante el protocolo BitTorrent. Para ello, han analizado, durante los últimos cinco años, casi 220.000 archivos al mes, el equivalente a decenas de terabytes de información, procedentes de 1,4 millones de internautas que, voluntaria y anónimamente, han contribuido al estudio al permitir que su información fuese analizada.

Los resultados, publicados en la revista PNAS, demuestran que los usuarios son especialistas en un tipo de contenido. Es decir, los que se descargan películas siempre se descargan películas y los que prefieren música siempre se descargan música. Según los autores de la investigación, científicos de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, en España, y de la Northwestern University, en Estados Unidos, éste comportamiento es peligroso y supone una amenaza para la privacidad del usuario porque se vuelve predecible y fácil de atacar.

También han descubierto que existe una relación entre el Producto Interior Bruto (PIB) del país y el tipo de contenidos más descargados por sus habitantes. Los países con situaciones económicas similares descargan los mismos tipos de archivos. Aquellos que viven una peor situación económica comparten archivos más grandes, como películas en alta definición, mientras que países con un PIB más alto comparten archivos más pequeños, como música.

En Brasil, Grecia, Lituania y España, países de nivel económico medio-bajo, los internautas comparten muchas películas mientras que en Canadá y Reino Unido, donde la riqueza es mayor, lo que más se intercambia es música y programas de televisión respectivamente.(c) PNAS

Lo lógico sería pensar que fuese al revés, que los usuarios de los países con mejores infraestructuras de Internet utilizasen las redes P2P para el intercambio de archivos más pesados pero no es lo que sucede. Según los científicos, ésto demuestra que las causas tras estos comportamientos son sociales y no técnicas.

Diversos estudios han demostrado anteriormente que las tasas de piratería disminuyen cuando se puede comprar o alquilar sin problemas y a coste razonable contenidos que, de otra manera, podrían descargarse de forma ilegal.

Conocer estos datos puede ser útil para mejorar el protocolo de intercambio de archivos P2P optimizando, por ejemplo, la eficiencia de los algoritmos de BitTorrent. El estudio también podría servir para hacer leyes justas que regulen esta actividad a partir de datos empíricos sobre cómo funciona y cómo lo utiliza la gente.

Los científicos trabajan ahora en utilizar la información obtenida para modelizar el comportamiento de los usuarios y poder predecir cuáles serán sus próximas descargas. Además, quieren investigar cómo factores externos como un cambio en la legislación o el cierre de Megaupload afectan al comportamiento de los usuarios.

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