El escenario se encuentra disponible para que, entre los dispositivos vestibles y la Internet de las cosas, nuestros hábitos comiencen a cambiar. En los últimos meses hemos sigo testigos de numerosos desarrollos que apuntan principalmente hacia el monitoreo físico, pero las posibilidades son muy amplias.
Lo ocurrido durante la madrugada del domingo en el área de San Francisco luego del sismo más fuerte que ha registrado la zona en 25 años es una muestra de ello. De acuerdo con la empresa Jawbone, productora de la pulsera Up 24, los miles de dispositivos en uso en esa región constituyeron una muestra significativa de la respuesta de las personas ante el sismo.
A través de una visualización, el científico senior de datos de la empresa, Brian Wilt mostró el porcentaje de usuarios de Up 24 que despertaron luego de sentir el sismo. Un dato curioso e interesante al mismo tiempo, ya que una de las funciones del gadget es monitorear los hábitos de sueño de sus usuarios.
Napa, Sonoma, Vallejo y Fairfield están a menos de 15 millas del epicentro. Casi todos (93%) los usuarios de UP en esas ciudades despertaron repentinamente a las 3:20 hrs, cuando se produjo el sismo. Más lejos del epicentro, el impacto fue más débil y más personas durmieron a pesar del movimiento.
Para que los vestibles funcionen plenamente es necesario que los servicios de energía eléctrica y acceso a Internet se mantengan estables luego de los sismos, lo cual no ocurre siempre. Sin embargo, el potencial es amplio para que estos dispositivos funcionen como emisores de alertas o avisos, lo que haría que las redes de telefonía no se saturen de la forma en que suele ocurrir después de cada sismo.
