Ciencia

Ulises I: El satélite artístico mexicano

Luego de varios años de buscar de planeación y actividades, el Colectivo Espacial Mexicano buscará financiamiento colectivo para lanzar al espacio este artefacto musical.

El proyecto mexicano Ulises I pretende lanzar un nanosatélite artificial al espacio. A diferencia proyectos similares que cumplen tareas de observación y emisión de diversos tipos de datos, este proyecto concebido por el Colectivo Espacial Mexicano, tiene como fin en una instrumento musical espacial.

Debido a la falta de compromiso de sus financiadores iniciales, sus promotores decidieron confiar en el financiamiento colectivo y han lanzado una campaña en IndieGogo para reunir 370 mil dólares estadounidenses antes del 24 de agosto de 2014.

Sus creadores lo consideran un proyecto de arte, ciencia y tecnología. El objetivo primordial de Ulises es orbitar en torno a la tierra y transmitir música de las y los compositores Arturo Márquez, Ramsés Luna, Omar Gasca, el grupo Cabezas de Cera y Hugo Solís. Todo ello desde la órbita polar usando la banda amateur de 438 MGHZ. Según sus promotores, durante tres o cuatro meses, Ulises I se comunicará diez minutos al día a la superficie terrestre y cumplir su cometido.

Desde 2010 el proyecto se ha presentado tanto en reuniones tecnológicas como artísticas, o aquellas en que los entrecruzamientos de ambas son una constante. Tuve una réplica de Ulises I en la mano alguna vez y es un cilindro terminado con una antena dipolar, y al indagar sobre él, resulta interesante escuchar de sus creadores, como este artefacto rebelde de su vocación tradicional quiere llegar al espacio.

Ulises I es una obra de arte cuyo discurso es que sobra tecnología y que falta imaginación. Es decir, las limitaciones de hoy en dia tecnológicas de un ser humano son las limitaciones que tiene en su imaginación.

Palabras de Juan José Díaz Infante Casasús, artista transdisciplinario, fotógrafo y poeta, así como director de misión del Ulises I, en referencia al inicio del proyecto. “La situación en México es que somos una sociedad de cambio lento que estamos rodeados de sociedades de cambio rápido, entonces el paradigma es una paradoja. Ese es el comienzo y tiene que ver que en mi infancia y juventud me imaginé un futuro en el espacio”, explica Díaz Infante.

Un artista de otro siglo hubiera hecho una escultura de un artefacto que llega al espacio, pero “hoy en día un artista que se imagina un unicornio tiene la capacidad de hacer ver un unicornio. Ulises tiene este sentido de generar esta perspectiva de que debemos cambiar nuestro futuro si queremos uno mejor”, explica el también presidente del Foro Latinoamericano en el International Symposium of Electronic Arts.

Erika B. Carrillo, quien participa activamente en el proyecto como voluntaria al compartir la misión del proyecto, llama a Ulises I “el Sputnik mexicano (…) me parece que estamos en un momento muy propicio. Si ha llevado 50 años el avance espacial, con la tecnología que tenemos, en 10 o 15 años podemos alcanzar lo que se ha hecho en tanto tiempo. Es una gran oportunidad”, dice Erika. Ambos resumen en que Ulises I es una demostración plausible que cualquier persona con imaginación y trabajo en equipo puede lograr si quiere un objetivo.

Falta de compromisos

El camino a la órbita polar para Ulises I no ha sido sencillo. Juan José cuenta sobre el jueves negro del proyecto, cuando el principal patrocinador canceló el día de la entrega del cheque por 250 mil dólares, es decir, el capital semilla del proyecto. Después de ese día el proyecto pudo haber caído, pero sus impulsores vieron eso como una forma de trabajo.

La falta de formalidad (en México) es lo que mata proyectos grandes y chiquitos.

Díaz Infante cuenta también que hay acercamientos personales con la Agencia Espacial Mexicana, “está informada pero no hay respuesta clara”, dice. También ha tocado las puertas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), sin tener hasta el día de hoy un apoyo real. Es por ello que el Ulises I buscará alcanzar la Estación Espacial Internacional con el apoyo de la ciudadanía.

El dinero recaudado buscará primero hacer pruebas finales al satélite terminado con talento de mexicanos y mexicanas en en el Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE) en Tonantzintla, Puebla. Luego, se erogará en hacer pruebas al Ulises I para corroborar que puede resistir las condiciones de la órbita polar, para luego encarar las pruebas que le harían tanto en Brasil y pruebas de seguridad adicionales por la Agencia Espacial Japonesa (JAXA), ya que se busca que arribe a la Estación Espacial Internacional. Dentro del monto se consideran también gastos por otro satélite en caso de tener fallas irreversibles en el ya construido. El control central de la misión será en el mencionado INAOE.

El Colectivo Espacial Internacional buscará que Ulises I sea entregado a la JAXA el 20 de agosto de 2014, lanzarlo en enero de 2015 para luego liberarlo del módulo japonés de la Estación Espacial Internacional.

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