Opinión

Juegos de carrera y la excelencia: los 60 fps no siempre son una obligación [NB Opinión]

Dentro del género arcade existen varios ejemplos donde los 30 cuadros por segundo no han sido una limitación.

Con la llegada de la nueva generación, pareciera ser que los jugadores de consolas han subido sus “exigencias técnicas”. Lógicamente, esto parece normal considerando el salto tecnológico que entregan PS4 y Xbox One, y más todavía cuando en el PC hace rato que el apartado framerate (tasa de cuadros por segundo) no es tema.

Por lo mismo, es frecuente escuchar al público dar su opinión cuando desarrolladores explican por que sus juegos corren solo a 30 cuadros por segundo. El caso más reciente es el de DriveClub, donde el propio director del juego explicó que hubo que hacer sacrificios y que el framerate fue uno de ellos.

Aquí es donde yo considero que el debate se pierde en un tecnicismo. Porque la pregunta que considero que hay que hacerse es: ¿Qué tan relevante es para un juego tipo DriveClub que el framerate suba a 60?

Nadie en su sano juicio podría desconocer las ventajas de una mayor tasa de cuadros por segundo, especialmente en lo que tiene que ver con el control del juego. Sin embargo, tampoco se puede ni debe pasar por alto que han habido otros juegos de corte similar a DriveClub en el pasado que han resultado ser grandes exponentes del género, y todos a 30 cuadros por segundo.

Project Gotham Racing 4, MotorStorm (Pacific Rift, Apocalypse) y Forza Horizon son excelentes ejemplos de ello. Todos a 30 cuadros por segundo, todos juegos que rozan la excelencia y que nunca se siente lastrados por no mostrarse a 60 fps.

Es importante considerar el contexto y el diseño del juego. Los tres títulos mencionados arriba no son exactamente arcade, sino más bien se mueven en un espacio a medias entre la simulación y la conducción más relajada. En el caso de Forza Horizon es el más llamativo porque si bien no tiene la exigencia de su “serie hermana” (Forza Motorsport), el control sigue siendo increíblemente preciso y con una latencia muy baja.

Distinto es el caso de simuladores puros, como Gran Turismo o el mismo Forza Motorsport. La serie creada por Turn 10 puede decir orgullosamente que todos sus juegos son impecables en cuanto a rendimiento, lo que ha contribuído en gran parte a su éxito. El control de Forza Motorsport es increíblemente preciso y ajustado, gracias a la estabilidad de su framerate.

Con Gran Turismo también se puede sacar un ejemplo. Yamauchi y Polyphony siempre han aputando a los 60 cuadros por segundo, pero no siempre lo han logrado. Es más: tanto Gran Turismo 5 como Gran Turismo 6 sufren con el framerate y cada vez que aparecen los tirones, la experiencia se empaña .

Es importante ser exigente con los detalles técnicos, pero también pienso que importante es saber distinguir los contextos y como estos pueden afectar. Sí, juegos como Forza Horizon 2 o DriveClub se controlarán mejor a 60 cuadros por segundo, pero ¿serán realmente mejores juegos? No lo creo. Y no lo creo simplemente porque no se trata de simuladores de precisión, sino de juegos cuya premisa se cumplirá sin importar si se mueven a 30 o 60 fps.

El día que Turn 10 o Polyphony digan que Forza Motorstorm o Gran Turismo tendrán que hacer compromisos pero que “seguirán siendo simuladores”, será el momento de alzar la voz y reclamar. No ahora con DriveClub, y menos con antecedentes tan extraordinarios como PGR 4, Forza Horizon o MotorStorm.

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