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Dell ¿una startup en 2014?

Dell intenta vendernos en 2014 que es una empresa arraigada en la idea de una startup, nunca más lejos de la realidad.

Debo imaginar que cuando una persona, multimillonaria que creó de la nada una de las grandes empresas de PCs del mundo como es Michael Dell, vuelve a comprar su propia empresa, es porque algo no funciona. Y efectivamente, hay algo en Dell que no termina de funcionar.

Las famosas palabras de Micahel Dell sobre Apple en 1997 recorren ahora las cabezas de todos los que una vez vieron a Dell como una empresa todopoderosa y a Apple a punto de cerrar. Dell Dijo claramente “¿Qué hubiese hecho? Cerraría y devolvería el dinero a los accionistas.” cuando Apple estaba en una posición muy débil y Steve Jobs acababa de llegar de nuevo a Apple. Ahora es Dell, la empresa, quien el año pasado se vio obligada a pedir un préstamo de USD$2.000 millones de Microsoft, Silver Lake y del propio Michael Dell para hacerse privada de nuevo.

Sí, 2013 fue el año en el que una gran empresa como Dell devolvió el dinero a sus accionistas y volvió a ser una empresa privada, donde su consejero y CEO Michael Dell, vuelve a tener el control de la empresa.

Teniendo a HP volcada íntegramente en el mercado de servidores comiendo parte de su mercado, empresas como Lenovo llevándose los primeros puestos de PCs y habiendo fallado estrepitosamente en el mercado de los móviles, a Dell le quedan pocas oportunidades para dar la vuelta a su negocio y volver a ser líder en alguna categoría de producto.

Dell quiere volver a ser esa pequeña empresa que es capaz de moverse muy rápido, Dell quiere volver a ser una startup y nos quiere hacer creer que ahora lo son, con publicidad tan insoportable como esta.

El problema con el mensaje que Dell intenta mandar es que son una nueva empresa, una nueva startup que empieza de nuevo. El anuncio es emotivo, evoca una época en la que pequeñas startups empezaron muy pequeñas y después empezaron a crecer hasta convertirse en grandes negocios. El sentimiento que Dell transmite es que son de nuevo esa pequeña empresa en la que puedes confiar. El problema es que no lo son.

Una startup es muchísimo más que una empresa pequeña que ha empezado pequeña y que tiene grandes planes, hay un elemento diferenciador tan grande que es imposible de no ver, la cultura. Trabajar en una startup requiere un sacrificio, porque es un trabajo que no sabes si durará seis meses, un año o una década. Cuando se trabaja en una empresa de este tipo, desde el primer hasta el último trabajador está corriendo un cierto riesgo pero porque cree en la idea y el camino. ¿De verdad hay alguien que crea que Dell tiene esta cultura interna?

Dell no se va a ninguna parte, aunque no son los primeros su negocio para empresas es fuerte, sobre todo en servidores. En consumo siguen estando entre las primeras marcas de venta de PCs aunque este es un negocio que cada vez se hace más pequeño.

Quizá su mayor problema esté en el mercado de tablets, teniendo en cuenta que Windows 8.x tan solo tiene el 10% de cuota de dispositivos con Windows, lo cual es un problema a largo plazo para tablets basadas en Windows. Es imposible que Dell, por su tamaño, tenga una estructura y una cultura de startup, de igual forma que Michael Dell no es el típico fundador de una startup.

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