Columna

Así pudo haber sido el iPhone de bajo costo que Apple no lanzó al mercado

Muchos esperaban un teléfono Apple con un precio reducido… ahora pueden sentarse y seguir esperando.

Ayer 10 de septiembre de 2013, Apple mostró al público su renovado iPhone 5S de gama alta y junto a éste, el más que rumoreado iPhone 5c, hermano menor cuya principal característica es que está hecho de plástico y no de aluminio pulido. Evidentemente, esto dio paso a las especulaciones de que la compañía tendría la intención de apuntar este dispositivo hacia un nuevo segmento de clientes con menor poder adquisitivo, lo que atrajo la atención de muchos quienes se hicieron la esperanza de tener muy pronto en sus manos un teléfono con la manzana mordida por detrás.

Los rumores semanas previas al lanzamiento parecían confirmar cada vez más lo obvio, sin embargo, Apple dio la sorpresa y el iPhone 5C se venderá a USD$549 liberado de contrato con una operadora telefónica, además de estar disponible pagando una cuota inicial de USD$99 si es que el cliente se amarra a un contrato de pago mensual.

Decepción total, ya que el iPhone 5S con su lector de huellas digitales y cuerpo de aluminio se vende a USD$649 sin contrato y a partir de USD$199 a través de una operadora, es decir, sólo USD$100 menos en ambos casos que el iPhone 5C. A esta altura surgen numerosas preguntas acerca de la motivación de Apple por etiquetar así el dispositivo, pero más importante aún, cabe preguntarse si acaso era posible estrenar un dispositivo con menores prestaciones técnicas que el iPhone 5S e incluso el iPhone 5, con la idea en mente de bajar el coste a un margen donde pudiera competir con dispositivos movidos por el sistema operativo Android.

Y es que el iPhone 5C en términos de especificaciones técnicas es casi igual que el costoso iPhone 5 –ya descontinuado–, siendo que muchos usuarios esperaban ver otra cosa el día de ayer: menos características a un menor precio. ¿Cuáles habrían sido los sacrificios? ¿Hubiera continuado siendo una oferta atractiva? Quizás así pudo haber sido el iPhone 5C de bajo costo que nunca fue…

Con una plataforma interna más humilde

En su interior, el iPhone 5C está movido por el procesador central Apple A6 y gráficos integrados de alto rendimiento, misma plataforma que da vida al iPhone 5 que hasta horas atrás era el tope de línea de la compañía. ¿Por qué optar por dicho hardware? La respuesta a esa pregunta es: “por culpa de iOS 7”, nuevo sistema operativo con animaciones y efectos visuales exigentes que no funcionan por completo en teléfonos como el iPhone 4.

Claro está, Apple pudo haber lanzado el iPhone 5C con el hardware del iPhone 4S y bajar el coste de fabricación, sin embargo, no se quiso comprometer la experiencia de usuario en iOS 7 y para cumplir a cabalidad con sus demandas, era necesario algo tan veloz como el iPhone 5. Y así se empezó a escapar el sueño de un teléfono humilde.

Tampoco queríamos a Siri

Relacionado con lo anterior, los rumores indicaban de que el iPhone 5C no tendría la capacidad de ejecutar al asistente personal Siri, lo que se da cuando el rendimiento del teléfono no es lo suficientemente rápido como para soportar las tecnologías de reconocimiento y procesamiento de voz, tal como sucede en el iPhone 4.

De haber sido cierto, esto habría estado bien. Supongamos que el iPhone 5C tuviera en sus entrañas el hardware del iPhone 4, incapaz de mover las animaciones de iOS 7 y sin la disponibilidad de Siri. Previo al lanzamiento oficial y con los rumores en mano ya creíamos que esto iba a ser así y era algo aceptable. Un sacrificio necesario para alcanzar el ansiado bajo precio. Si Apple pensaba que no tener animaciones ni Siri iba a ser decepcionante, debe saber ahora que un precio de USD$549 es lo más decepcionante que pudieron hacer.

Sin conectividad a redes LTE 4G

Nuevo síntoma de que Apple no pretendía apuntar el iPhone 5C a un mercado con bajo poder adquisitivo. Y es que el sólo hecho de contratar un plan de datos vía 4G ya supone un coste mayor, lo que sumado al valor adicional que añade el chip en el teléfono para dar soporte a esta tecnología, nos convencen de que en Cupertino no querían que el equipo fuera para personas más humildes.

Era totalmente innecesaria la inclusión de 4G en el smartphone, siendo una característica que de haber sido pasada por alto (casi) nadie hubiera criticado. Sin embargo, los ingenieros de Apple seguramente se pusieron ambiciosos con el proyecto y pasaron por alto la idea de que el perfil de usuario que contrata un plan de datos vía 4G no es precisamente alguien que tiene poco dinero.

¿Y esa cámara para qué?

A esta altura, quienes diseñaban el iPhone 5C ya estaban vueltos locos y querían poner “toda la carne a la parrilla”. Por eso optaron por colocar la cámara del iPhone 5 y al parecer, incluso una que es mejor que ésta, ya derechamente entrando en un proyecto de “mejorar al iPhone 5 pero sin que sea tan bueno como el iPhone 5S”.

De haberse optado por un lente de menor costo la reputación se hubiera podido mantener intacta: bastaba con vender o marketear las fotografías del iPhone 5C diciendo que “saca fotos tan legendarias como las del iPhone 4S” y la gente hubiera comprado de todas maneras, porque el precio habría sido aceptable y se habría visto dicho sacrificio como una transacción a cambio de tener la posibilidad de adquirir el iPhone, en un sacrificio que vendido de la manera recién descrita, no habría sido tan insufrible.

El resto todo bien, pero…

La ausencia de un lector de huellas digitales, el cuerpo de plástico y no de aluminio, la disponibilidad de varios colores, una pantalla Retina Display que no ha mejorado mucho con el pasar de los años, cámara ligeramente más discreta y la ausencia de un procesador Apple A7 de 64bits, son aspectos que necesitaban faltar para diferenciar este producto del iPhone 5S tope de línea.

Pero creemos que Apple no bajó lo suficiente y el público estaba dispuesto a bajar aún más en expectativas de prestaciones técnicas, todo a cambio de tener un precio realmente menor. Porque con USD$100 de diferencia entre iPhone 5S y 5C, casi no tiene sentido adquirir este último.

Con procesador central de iPhone 4, ausencia de animaciones 3D y Siri, cámara de iPhone 4S, sin conectividad a redes LTE 4G y el mismo cuerpo de plástico, quizás hubieran podido etiquetar al iPhone 5C mucho más abajo. Pero Apple tuvo miedo de ir tan al fondo, miedo de ser humilde y miedo quizás a traicionar la ideología vigente durante la época de Steve Jobs, esa que garantizaba una “experiencia de usuario sin compromisos” en cualquier dispositivo con la manzana mordida por detrás. Pero a veces los usuarios sí desean dichos compromisos, dichas limitaciones, todo a cambio de la recompensa más grande que ellos pueden recibir: un menor precio de venta y cumplir el sueño de tener un iPhone.

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