El contrabando de teléfonos inteligentes a países como China suena como algo innecesario, pero parece ser un lucrativo negocio que hace que muchas personas tomen la decisión de internar equipos de dudosa procedencia y de forma ilegal al país. El último caso que terminó con alguien preso se registró hace pocos días, y el sujeto detenido llevaba ni más ni menos que 66 iPhones pegados con cinta a su cuerpo.
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El tipo fue detenido en los controles fronterizos que unen Hong Kong con China con una variedad de modelos del móvil de Apple, los que al interior de China pueden ser vendidos por el doble o el triple de lo que cuestan realmente en el mercado formal. Una buena parte de estos equipos son revendidos desde China a otros países donde el iPhone no es comercializado, o donde los modelos de suscripción para conseguir uno son inalcanzables para la mayoría de las personas.
Considerando que China Mobile — la operadora más importante del país — no vende el iPhone, se ha abierto un interesante negocio para los contrabandistas que han logrado poner más de 10 millones de unidades funcionando en las redes locales.
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