Niubie Labs

Payday 2 – A primera vista #E3

Overkill Software y su propuesta por refinar el concepto de atracos a bancos.

Debo reconocer que cuando me dispuse a hacer la fila para probar Payday 2 en el hall principal del Convention Center, no sabía exactamente a que iba. Primero, porque aunque sabía de que se trataba, no toqué el primer Payday: The Heist. Y segundo, porque los que jugaban antes que yo parecían como si estuvieran en un shooter cualquiera, yendo siempre de frente y sin mucho descanso a la hora de moverse.

Pero una vez frente al mouse y al teclado, es fácil darse cuenta que Payday 2 apunta hacia otro lado. De partida, uno de los desarrolladores de Overkill encargados de guiarnos por la demostración me explicó que la idea era ser mucho más ambicioso en el concepto. No revolucionar la base que ya venía del primer juego, pero sí expandirla con varios elementos novedosos y que le terminan agregando bastante variedad al paquete completo.

Para la misión en cuestión, fuimos cuatro los reporteros que nos sentamos detrás de la pantalla, armando un equipo con el solo objetivo de entrar a las oficinas de un banco pequeño, abrir la bóveda de seguridad, cargar el oro, y largarnos en una furgoneta convenientemente ubicada en un callejón cercano. Simple en el papel, pero no tanto en la ejecución, ya que el taladro de tamaño industrial era bastante pesado y alguien tenía que cargarlo. Eso por una parte; por otra, era posible entrar dando portazos y alertar a todo mundo del atraco, o bien ir con calma y destruir la cámara de seguridad de la puerta trasera sin hacer mucho ruido.

A mi me tocó cargar la máquina, y mientras mis compañeros se movían hacia la puerta del banco me quedó claro que Payday 2 es un juego que requiere de cierto nivel de habilidad a la hora de colaborar. Una de las cámaras de vigilancia fue desactivada antes de entrar, pero los primeros guardias que cayeron lo hicieron con bastante alharaca, lo que alertó rápidamente a los empleados y la alarma del banco empezó a sonar al instante. Aquí fue cuando la gente de Overkill nos explicó que la gran mayoría de los que probaron la demo hicieron exactamente lo mismo, y que esta misión era posible realizarla de manera totalmente silenciosa y casi sin alertar a nadie.

Luego, el taladro había que instalarlo en posición y esperar a que hiciera lo suyo por unos cuantos minutos. Mientras tanto, tocaba defender la posición ante el asalto de los policías y los SWAT que se dieron cita en la calle. El juego estaba corriendo sobre estaciones Alienware bastante potentes, por lo que no hubo queja alguna en cuanto a respuesta del control o fluidez de las imágenes: todo se movía súper suave, una cuestión casi necesaria para repeler ciertas situaciones o actuar rápido cuando hay que parar a un compañero en desgracia.

Después de unos minutos, y ya con la puerta de la bóveda abierta, llegó la hora de cargar los lingotes y poner los pies en polvorosa. Obviamente, moverse con mochilas no es tarea fácil y más cuando en ese minuto el banco estaba plagado de agentes de la ley. Para salir por las ventanas, primero hay que tirar las bolsas al piso, pero sin descuidarlas mucho o los policías las recogían del suelo. Y entre medio, mis compañeros y yo (más ellos, eso sí), caían repetidamente y para el éxito del atraco, mejor ponerlos en pie.

Con el robo consumado, llegó la hora de las puntuaciones. Y aquí nos explicaron un punto importante, ya que finalmente todo el dinero obtenido en los atracos se podrá utilizar para algo útil. Dentro del juego existe una especie de «red social del robo» llamada Crime.Net, que no es más que un mapa de la ciudad donde van apareciendo las oportunidades de asalto, cada una con su propia dificultad y recompensa.

Finalmente, hay algunos otros detalles que quedarán más claros cuando el juego final salga a la venta. Dentro de los mapas, habrán varios elementos generados al azar y que van desde la posición de los civiles, hasta la ubicación de las cámaras en los bancos, algo que agradecerán los más experimentados del primer juego. Y por otra parte, las opciones de personalización y especialización del personaje a utilizar llegarán más lejos esta vez, gracias a un árbol de habilidades y a las diferentes opciones visuales o de armamento que se han expandido por completo. Según nos explicaron, la gracia está en que ahora todo se podrá comprar con el dinero obtenido por los robos, en un sistema de progresión de que alguna manera se ajusta más a la «realidad» de los asaltantes de bancos.

Después de los 11 minutos que duró la sesión de juego (de los cuatro asaltantes, solo uno escapó ileso y los demás terminaron bajo custodia policial), Payday 2 nos dejó a todos con muy buen sabor de boca; no por nada, el juego fue reconocido por varios medios como uno de los mejores shooters del E3 2013. El concepto inicial ya es interesante, y parece que se ha trabajado bastante en pulir ciertos detalles para englobar y cerrar de mejor forma todo el paquete. Si les gustó el primer juego, es muy probable que vayan a disfrutar mucho más el segundo, que sale el próximo mes de agosto. Y antes de eso, yo tengo la obligación moral de jugar el primero.

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